Noviembre internacionalista

Editorial
noviembre, 2019

Las luchas de los
pueblos continúan Dignificando la
Historia
, y la humanidad, de cualquier parte del mundo continúa
rebelándose, organizándose y gritándonos al mundo que ¡La esperanza vencerá al terror! y
nos muestra la rabia y el descontento en su búsqueda por una sociedad más
justa.  Los acontecimientos en diferentes
partes del mundo nos lo demuestran. Por eso el análisis de la realidad nunca
puede dejarse de lado.

Así nos lo
enseñaron también los compañeros Gabriel y Alfonso, nacidos en el mes de
noviembre. Gabriel asesinado por el ejército mexicano en Nepantla y Alfonso,
desaparecido político que forma parte de la Lista de Ocosingo.  Ambos sumaron su vida en los difíciles años
70’s a la lucha en nuestra organización, buscando, desde esos años, una
sociedad más justa. Ellos, junto a otros muchos compañeros que seguimos su
ejemplo, forjaron los cimientos para el nacimiento del ejército del pueblo
mexicano FLN-EZLN, en otro noviembre, el 17 de noviembre de 1983.

Dentro
de las efemérides de noviembre además de recordar a Alfonso y Gabriel, con
respeto recordamos a Xavier Mina y al millón de mexicanos que dieron su vida en
la revolución social de 1910.

La nefasta sombra
del Fondo Monetario Internacional (FMI) recorre América Latina, y junto con
ella, el olvido al miedo por un pueblo latinoamericano unido por la dignidad.
Las imposiciones económicas por parte del FMI, del Banco Mundial (BM) y del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desde 1973, se han materializado con
dos características centrales en América: recortes presupuestales y
privatización. La distancia cada vez mayor entre la distribución de la riqueza
de nuestros recursos, la pobreza extrema, la privatización de los servicios
para la dignidad humana, la represión encausada mediante el “shock” para la
pérdida de la consciencia, los “paquetazos” impuestos, los aumentos del boleto
del metro, los vínculos cínicos de los gobiernos con grupos criminales para el
sostén de una clase propietaria y poderosa, es el opresivo camino que por 46
años han recorrido los pueblos latinoamericanos, y del resto del mundo.

A la luz de ese
triste camino, las luchas de liberación nacional mantienen su vigencia, siempre
que sean tejidas con los ideales antiimperialistas de solidaridad entre los
pueblos, independencia y soberanía popular: hoy resuena en las calles de muchas
ciudades latinoamericanas el eco de la lucha que en 1966 encaminó el Ché; y de
la misma forma en que en esa época se concibió, el antiimperialismo debe
mantener hoy su carácter tricontinental.

El desafío a los
poderes imperiales en nuestra digna Latinoamérica va desde Ecuador,
donde la furia de los distintos sectores sociales rechazan las imposiciones del
“paquete” de impuestos; Haití, primera nación latinoamericana
independiente, dominada por la corrupción de gobiernos capitalistas que han
devastado a la nación isleña, sumergiéndola en la extrema pobreza del
continente; Honduras con los vínculos descarados con el narcotráfico y
la exigencia de renuncia del presidente; Brasil con la talante fascista
y neoliberal del gobierno de Bolsonaro, que ha adelantado reformas
privatizadoras, políticas ecocidas, y de violencia a grupos sociales de lucha…
justo en esta semana se ha hecho público su vínculo directo con el asesinato de
la diputada socialista Marielle Franco da Silva; Argentina que pese a su
alternancia política hacia la izquierda, viene cargando con las nefastas
negociaciones de la clase burguesa con los grandes capitales extranjeros y la
implementación del neoliberalismo; Chile, hasta hace unas semanas el
valuarte del neoliberalismo latinoamericano, demostrando que decenas de años de
políticas antihumanas, basadas sobre el terror policiaco militar impuestas
desde el golpe de Estado de 1973 contra Salvador Allende, no son suficientes
para doblegar a un pueblo digno: más temprano que tarde, las alamedas se van
abriendo de nuevo. La esperanza de los pueblos sometidos como Líbano,
víctimas del despojo y desplazamiento, desescolarización y guerras de intervención
violenta en su soberanía y territorio; Irak, donde los pueblos han
pagado con más de un millón de muertes la sed imperialista que ansía romper en
ese territorio toda forma de tejido social; Cataluña, que adelanta pasos
e impulsa los ánimos de las otras provincias autonómicas, como ejemplo de lucha
independentista frente a la crisis política actual, desenmascarando como una
gran farsa la democracia del Estado español, gobernado en última instancia por
un monarca que heredó del fascismo franquista el poder político que ostenta.

El desafío con
dignidad de nuestros pueblos hermanos por su liberación, responde a las medidas
insostenibles que se imponen dentro del capitalismo actual, que se traducen en
el exterminio de toda persona que no es útil para el sistema económico
imperante: el que no produce y no consume dentro de las capacidades económicas
que requiere este modelo de acumulación frenética.

Nuestro país,
México, es recuento de historias con grandes resistencias, que son ejemplo para
poder impulsar un carácter revolucionario frente a las mismas imposiciones
disfrazadas de “recomendaciones”, por parte de las organizaciones económicas
mundiales.

“En definitiva, hay que
tener en cuenta que el imperialismo es un sistema mundial, última etapa del
capitalismo, y que hay que batirlo en una gran confrontación mundial. La
finalidad estratégica de esa lucha debe ser la destrucción del imperialismo. La
participación que nos toca a nosotros, los explotados y atrasados del mundo, es
la de eliminar las bases de sustentación del imperialismo: nuestros pueblos
oprimidos, de donde extraen capitales, materias primas, técnicos y obreros
baratos y a donde exportan nuevos capitales -instrumentos de dominación-, armas
y toda clase de artículos, sumiéndonos en una dependencia absoluta..
al enfocar la destrucción del
imperialismo, hay que identificar a su cabeza, la que no es otra que los
Estados Unidos de Norteamérica” (Che en su “Mensaje a los pueblos del mundo a
través de la Tricontinental de 1967).

Para
concluir, el Che hace un llamado a aquellos oídos receptivos a participar en el
combate abierto a la injusticia;  podemos
estar orgullosos de estos 50 años de nuestros trabajos ininterrumpidos, sean
ustedes bienvenidos, pues aún sigue siendo necesario…

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo Editorial de la Casa
de Todas y Todos