Posted On 1 mayo, 2016 By In Editorial With 2714 Views

Los mayos en la historia

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Compañero Ismael.

Grandes acontecimientos nos motivan en Mayo a nunca olvidarlos. El primer día del mes nos hermanamos a todos los trabajadores para convertirnos en uno y en pie de lucha marchar para alcanzar un nuevo orden social, basado en el trabajo colectivo, la producción material para el bienestar social y el respeto humano como un derecho. Parece muy poco pero eso tan sencillo, cuesta vidas. El 1º de mayo no es sólo para recordarlo, sino es un llamado a seguir luchando para convertirlo en realidad.

El desprecio al trabajo es un rasgo ideológico manifesto del capitalismo actual, en el cual por un lado se festeja el engaño y el crimen como camino al “dinero fácil”, y por el otro se establece la especulación financiera como actividad económica privilegiada. El desprecio al trabajo está también presente en la desarticulación de todas las herramientas de defensa laboral, en la desaparición de derechos básicos obtenidos por aciagas luchas obreras de más de ciento cincuenta años.

Hoy tenemos, frente a los ojos, nuevas evidencias del desprecio al trabajo; en las noticias de la explosión en la planta de Pajaritos, en Coatzacoalcos, con cientos de heridos y 32 trabajadores muertos, y desaparecidos, víctimas todos de la negligencia patronal y la nula inversión en la infraestructura de una planta industrial añeja. Y veremos en mayo, mes del trabajo pero también del maestro, nuevos pasos de la lucha magisterial en defensa de sus derechos laborales y de la educación al servicio del pueblo; el recurrente uso de la fuerza pública como elemento presente en la “negociación” con la disidencia magisterial es un claro reflejo del profundo desprecio que el Estado mexicano, ya una filial más del corporativo de la clase capitalista, tiene por las trabajadoras y trabajadores conscientes.

La identidad proletaria, esa herramienta ideológica que sirvió a los pueblos para obtener las grandes conquistas laborales del siglo XX, se ha disuelto en una multiplicidad de nombres y causas que apuntan a demandas concretas y legítimas, muchas de ellas sumamente apremiantes, las cuales sin embargo, en el terreno de la confrontación política con el capital, no reúnen la fuerza necesaria para frenar el avance, supuestamente insoslayable, del imperialismo capitalista.

Desde nuestra perspectiva lo único insoslayable en la historia es el trabajo. En él se configura la auténtica fuerza que arroja cambios al mundo: la vida de los pueblos. En algún momento futuro, pensamos, la perspectiva de las múltiples luchas que hoy levantan una pléyade de banderas, consignas y discusiones, habrá de volver la mirada a la actividad fundamental sobre la cual se erige todo el espectro de lo social, el trabajo, y a su vuelta –como siempre ocurre- transformarlo. Los esfuerzos ideológicos del enemigo por llevar al olvido la palabra proletaria tienen un justo miedo: les recuerda la capacidad de triunfo en el andar de los pueblos. Desde esa identidad, los trabajadores del campo y la ciudad no sólo se quejaron: ¡vencieron!

Efemérides

 

Tenemos el deber de recordar a los héroes que nos dieron Patria y Libertad. Xavier Mina, “el Mozo” y Servando Teresa de Mier, “el Fraile”, partieron un mes de mayo de hace 200 años, a la América Irredenta a luchar por nosotros para romper las cadenas que nos sujetaban a un imperio avasallador e inhumano.

Fue un año de intensa preparación, sufrieron no solo la persecución de los espías imperialistas, los menos firmes en su determinación de luchar desertaron y entregaron a las autoridades imperiales los planes revolucionarios. Aún así contactaron a Simón Bolívar en Haití, sufrieron el embate de un huracan que hundió uno de los barcos y tuvieron que conseguir otro, hasta que arribaron a México en abril de 1817 con armas y una imprenta. Las luchas de liberación siempre son políticas, y sus herramientas fundamentales, ya lo sabemos, son “las armas de la crítica”.

Fueron vidas consagradas a nuestra libertad donde el uno perdió la vida y el otro obtuvo la cárcel. Son nuestro ejemplo y no los olvidamos.

En mayo celebramos el día del nacimiento del compañero Ismael. Lo recordamos con respeto y cariño, entregado a la organización y al estudio; y a los compañeros Mario y Ruth, muertos en un triste mes de mayo, cumpliendo sus deberes internacionalistas. Así poco a poco uniremos las historias y rescataremos sus vidas de los archivos amañados de los torturadores asesinos.

Los compañeros fundadores de éste movimiento tan digno, nos dicen en sus comunicados cómo debemos comportarnos, así lo hemos hecho siempre, sin engaños ni abusos, con compañerismo perene. Nos forjamos en el trabajo colectivo, en una organización que transforma e incorpora la ética a la lucha social; no vamos a fallarles, nuestros archivos hablarán por si mismos.

Como grupo Editorial formamos parte de esta nueva generación a la que le toca analizar en forma crítica la historia contemporánea, no para quejarnos culpando a otros de nuestros errores, y luego inútilmente dar marcha atrás, sino para transformar con su ejemplo lo que es nuestro deber concluir.

En mayo:

Para los trabajadores del mundo… nuestra solidaridad
Para los héroes nacionales…. Nuestra eterna gratitud y respeto
Para nuestros compañeros de lucha…. Nuestro “Vivir por la patria o Morir por la Libertad

Grupo Editorial de la Casa de todas y todos
Mayo, 2016

*Retrato del Co. Ismael, archivo de la Casa de Todas y Todos.
*Foto de portada: Corresponsalía de Chubakai.

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