Educación en la escuela y las calles

Corresponsalía de la compañera Sofía, a propósito de la lucha magisterial y las jornadas que se avecinan.

Desde que fue creada, la escuela ha sido pensada para preservar el sistema de producción que impera en cada época de la historia. La escuela es el espacio donde, si se observa desde un punto de vista a favor del estado, permite formar a las personas para que se muestren pasivas y con pensamientos que posibiliten la reproducción de las condiciones políticas, económicas y sociales que hoy prevalecen.

En la actualidad el papel de la escuela no dista mucho de sus años pasados, puesto que es más fácil para cada maestro retomar lo que el gobierno envía, como planes de estudios, programas, libros y otro tipo de materiales para dar clases a sus alumnos, esto sin cuestionar el porqué y para qué de cada contenido o estrategia de aprendizaje.

Dichos materiales frecuentemente se encuentran plagados de inconsistencias y en ellos se plantean “objetivos” designados por autoridades educativas y no educativas, para determinar con ello lo que ocurre en los espacios educativos. Negando así el derecho y la obligación de los docentes que en el rol de investigadores identifican las particularidades, necesidades de aprendizaje, actitudes y fortalezas de sus alumnos y de la comunidad.

Una de las innumerables inconsistencias de los planes y programas de estudio tiene relación con el respeto a la diversidad cultural y la inclusión a los espacios escolares de personas con capacidades diferentes porque, aunque teóricamente se propugne por una educación que permita su desarrollo integral, al observar las actividades y contenidos que en ellos se plantean, las consideraciones hacia los aspectos antes referidos, poco o nada se retoman. Por el contrario, lo que se busca es formar “mexicanos” o ciudadanos universales, que lejos de valorar sus raíces, vivan con la idea de que precisamente son estas las que no les permiten encontrar mejores condiciones de vida y por lo tanto ignorarlas resulta apropiado y favorecedor para los intereses del sistema capitalista que no encuentra resistencia cuando dejan de existir los vínculos como la lengua, el idioma, la vestimenta y, más aún, las instituciones tradicionales de cada pueblo.

magisterio_df_1

Magisterio democrático en las calles del centro del DF, antes del desalojo del plantón en el zócalo por la policía federal, 13 de septiembre 2013.

Sin embargo, la escuela y el maestro, aunque a la vista de tantos sea una herramienta del gobierno, pueden iniciar con la transformación del estado de las cosas. Esto depende de la identificación que surja entre éste y  la comunidad o ciudad donde labore. Aunque es bien sabido que los vínculos se vuelven más estrechos si se tratada de pequeñas comunidades, como las que predominan en Oaxaca.

En este estado, al igual que en muchos otros del país, el número de maestros rurales que viven y laboran en comunidades es mayor que los que laboran en las zonas urbanas, la labor del maestro juega un papel importante. La educación es indisociable de lo político, lo cultural, lo social e incluso lo religioso. En las comunidades los días en los que los niños y jóvenes reciben “clases” no están determinadas por un calendario escolar, la labor del maestro se extiende a más horas de trabajo, y no únicamente se trabaja con las personas que mantengan alguna relación con la escuela. El maestro pasa a formar parte de la comunidad, aprenden a “ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo.”

Los problemas abundan, pero la pobreza y el aislamiento de estas comunidades representan las raíces de tantos otros, como la deserción escolar, el ausentismo, la alienación, la explotación infantil y la delincuencia, principalmente ésta última en la que los jóvenes se involucran por falta de oportunidades y condiciones para continuar  sus estudios.

El apoyo del gobierno es poco, no existen un interés real por el aprendizaje de los alumnos. Para hacer notar el tipo de apoyo que los alumnos tienen del gobierno, podemos hacer una comparación entre el tipo de material educativo que reciben los niños, y los “apoyos” que reciben casi la totalidad de las familias en las comunidades. Por ejemplo, los padres de familia, después del llamado “apagón analógico” recibieron una pantalla plana, que si bien es cierto, tiene un costo menor que el de la mayoría de las televisiones en el mercado, este precio puede incluso hasta triplicar el precio de las dos libretas, la cajita de color, lápices, borrador y sacapuntas que al inicio del ciclo escolar recibe cada niño de las comunidades. Ahora bien, preguntémonos entonces, cuáles son las prioridades de gobierno.

 

magisterio_df_2

Maestros a la espera del resultado de las negociaciones del sindicato, ante el inminente desalojo. 13 de septiembre 2013.

Estos problemas enlistados en párrafos anteriores inciden al interior del espacio escolar y es ahí donde se debe empezar por erradicarlos, en respuesta a ello, día con día los maestros rurales llegan a sus escuelas con la intención de transformar el mundo, no sólo la vida de los niños. Es por ello que se opta por cambiar desde los objetivos hasta las estrategias de aprendizaje que son sugeridas por el estado para formar a los alumnos. Parte de esta estrategia la conforma el PTEO (Plan para la Transformación de la Educación del Estado de Oaxaca), con el que se pretende terminar con el control que el gobierno tiene sobre el aprendizaje de los educandos y sobre todo para construir un modo de vida organizada y respetuosa de las particularidades de cada comunidad.

Una de las prioridades de esta propuesta es el rescate de la identidad de los pueblos oaxaqueños organizando proyectos que parten desde una postura crítica frente al sistema que los oprime, identificando de este modo las necesidades dentro y fuera de la escuela, donde también intervienen padres de familia, algunas autoridades educativas y miembros de la comunidad. También se forma a los alumnos mostrando que en cada época de nuestra historia siempre hubo o hay personas que lucharon para lograr condiciones de igualdad para todos, que la historia no fue de unos cuantos como lo narra la historia oficialista, sino que existió gran cantidad de personas que lucharon por cambiar el mundo, y aunque ellos piensen en la mujer más como objeto que como sujeto, situación se observa tanto en casa como en la televisión, también se les enseña a comprender que ambos, tanto la mujer como el hombre, son explotados y por ello son iguales.

magisterio_df_4

Extraña escena, previo al desalojo. Misma fecha.

El PTEO fue construido por miembros docentes de la Sección XXII, de la Coordinadora de Trabajadores  de la Educación y fue presentada como una alternativa ante la reforma educativa, y aunque fue rechazada por el gobierno federal y estatal, en las escuelas aún se sigue implementando porque una vez que se ha comprendido que el problema no es exclusivamente en la educación, sino de todo el sistema, no se puede dejar de pensar que es un absurdo no hacer algo para cambiarlo.

Por todo lo anterior se entiende que la lucha y el proceso de resistencia también se deben hacer fuera de las escuelas, en las calles con cada acción en la que los docentes son convocados y generan afectaciones a los interés capitales, y evitando ingresar a programas, como el de Escuela de Tiempo Completo que el gobierno federal oferta a los docentes para obtener mayores ingresos a cambio de no perder el control en las escuelas y dividir a las organizaciones como la antes mencionada, haciéndoles creer que la reforma educativa ya es una realidad y no vale la pena seguir luchando. Este pesimismo se acrecentó con la toma del IEEPO (Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca)  por parte del gobierno con ayuda de las fuerzas represivas federales, institución que hasta hace unos meses se mantenía en manos de los representantes sindicales.

A partir de eso momento, el gobierno trató en varias ocasiones de convocar a los docentes a las evaluaciones como parte de la reforma educativa, mismas que no tuvieron éxito puesto que el magisterio oaxaqueño no presentó el examen y, por el contrario, desarrollaron acciones de boicot para las fechas programadas. Sin embargo, el estado, bajo amenazas de despido o suspensión de salarios ha intentado que un mayor número de maestros se someta a la evaluación y con ello se renuncie a los derechos que hasta ahora se  siguen manteniendo. De igual manera, ha aplicado descuentos por las movilizaciones pasadas del mes de noviembre y en febrero, buscando que la participación se vea mermada.

magisterio_df_3

El zócalo capitalino, luego del desalojo, 13 de septiembre, 2013.

Ante esta situación, los maestros, desde el 1° de mayo inician con una etapa más activa en sus movilizaciones sindicales, entregando el pliego de demandas al gobierno estatal, entre las que destacan la abrogación de la reforma educativa, la libertad de los presos políticos, el alto a la represión y criminalización de la protesta social, así como la entrega de útiles, uniformes y calzado a los alumnos que, dicho sea de paso, son entregados por el gobierno a los alumnos, porque año tras año, en cada movilización aparece como una demanda.

De igual manera, otra de las demandas va encaminada con la dotación de infraestructura, equipamiento y materiales para las escuelas. Así mismo se demanda la no desaparición de las escuelas formadoras de docentes. Y aunque en los medios de comunicación se les haga creer, erróneamente a los padres, que una de las demandas es el aumento salarial de los docentes, no es así.

Es obligatorio pensar que con cada reforma, de cualquier índole, siempre se favorece los intereses de la clase dominante y lo que se busca en todo momento es la privatización de los servicios y los bienes. Por ello esta lucha no es únicamente contra la reforma educativa que busca el despido masivo “legal” de los docentes mediante una serie de evaluaciones sin fundamento que no aportan al aprendizaje de los niños ni de los docentes, sino contra el neoliberalismo que es el origen de la desigualdad que hoy en día padecemos.

El 15 de Mayo se acerca, y no se pudo elegir mejor forma de festejar que luchando. Es nuestra obligación como docentes el participar y defender la educación, porque nos duele la ignorancia, la carencia y la desigualdad en la que viven nuestros niños y nuestro pueblo y porque queremos una patria libre y justa.

*Corresponsalía gráfica de tijuanajuana.




¿Por qué los maestros se movilizan?

Corresponsalía de Sofía, maestra normalista del Estado de Oaxaca.

Desde hace ya varios meses, el tema de la Reforma Educativa ha dado mucho de qué hablar y ha generado oposiciones principalmente acerca de los agentes que se encuentran en las escuelas, los docentes. La mal llamada “Reforma Educativa” como la denomina la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) ha sido tema de múltiples debates. El gobierno sostiene que se ha realizado dicha reforma con la finalidad de mejorar el aprendizaje de los niños. Sin embargo, la reforma se centra en la evaluación del trabajo de los docentes y no propone una reestructuración de las estrategias de aprendizaje, de los contenidos, ni metodologías de enseñanza.

Por lo anterior, es pertinente realizar la siguiente pregunta: Si durante varios años los docentes han asistido a cursos de actualización, han sido evaluados con programas como “carrera magisterial”, y la educación en México sigue siendo de mala calidad, como el Estado afirma, ¿no sería más prudente cambiar lo que se enseña y el sentido de para qué se enseña?

En la actualidad, los planes y programas de estudio se centran en el trabajo del profesor como administrador de estímulos, respuestas y reforzamientos; dichos conceptos son propios del paradigma conductista. Es decir, el trabajo del profesor es aplicar en la escuela una serie de consideraciones con la finalidad de que los alumnos se formen siguiendo la orientación marcada por la “Reforma educativa”. La educación que se obtiene, entonces, es instrumental, pragmática, bancaria. Este tipo de educación, en realidad, responde a los acuerdos internacionales que nuestro país está obligado a aceptar por haber obtenido préstamos de distintos organismos internacionales.

Por ello, a pesar de que los planes se transforman, siempre tendrán el mismo objetivo si provienen del Estado: reproducir la ideología de la clase dominante, atender a las necesidades del sistema capitalista, formar sujetos aptos para trabajar en empresas transnacionales y megraproyectos, pero ganando “sueldos de hambre”. Además, bajo la idea de formar sujetos “universales” se contribuye a la pérdida de su identidad, costumbres, lenguas y tradiciones, cayendo en la enajenación, despreciando su cultura y viviendo para trabajar y obtener más dinero, debido a que, finalmente, hoy en día para la mayoría de las personas el valor humano es equiparable al valor de sus propiedades. Es válido, entonces, realizar la pregunta: ¿Por qué si los planes y programas se han reformado en múltiples ocasiones, y los docentes reciben cursos para mejorar su trabajo, la educación no ha servido para transformar las condiciones de desigualdad, inseguridad, pobreza y miseria que hoy en día vivimos?

Ante la “reestructuración” de planes que hace el Estado para seguir formando sujetos con las características antes mencionadas, hace tiempo, la Sección 22, sindicato de trabajadores de la educación del estado de Oaxaca, a través del CEDES 22 (Centro de Estudios y Desarrollo Educativo de la Sección 22) se ha encargado de realizar investigaciones en el plano educativo para generar una propuesta de trabajo y con ella atender las problemáticas sociales que aquejan a la entidad, que bien podrían ser retomadas por otras organizaciones de docentes que buscan mejorar su realidad, en otros Estados. Esta propuesta educativa es el Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca. Con ella se pretende la formación de personas críticas del sistema que los mantiene oprimidos, retomando su entorno, realidad social, ideas, tradiciones, saberes comunitarios, creencias, es decir, involucrando a los distintos actores, ya no solo de la escuela, sino de la comunidad.

La propuesta se ha implementado en distintas escuelas del estado de Oaxaca, en proyectos que han sido producto de la detección de los problemas socioculturales presentes en cada comunidad. Sin embargo, ha existido una resistencia, sobre todo por parte de las instancias de gobierno, para permitir el desarrollo de los proyectos en las ciudades y comunidades, puesto que el hecho de que la población perciba las condiciones de desigualdad en las que vive y trate de aminorarlas, afecta a su clase, esa clase privilegiada por su condición de explotadora.

El PTEO, contrario a lo que ha difundido el gobierno, también propone la evaluación a los docentes, la cual acompaña en todo momento al proyecto que se ha decidido implementar. En él se pugna por que el docente tenga una formación que posea saberes pedagógicos, multidisciplinarios e investigativos. Por lo tanto, la evaluación que se propone en el PTEO es reflexiva, incluyente, formadora e integral.

Es por todo lo anterior que cuando la Sección 22 presentó el PTEO como propuesta educativa, ésta fue rechazada por el gobierno federal, debido a que contraviene las condiciones de educación de la clase explotada. Y fue a partir de que dicho sindicato dedicó esfuerzos para promover su plan ante la sociedad en general, y que éste empezaba a ser aceptado, que el gobierno inició una campaña de desprestigio contra los maestros, bombardeando a la población de falacias a favor de la Reforma Educativa que más que educativa es laboral porque condiciona a través de pruebas estandarizadas la permanecía de los profesores en sus trabajos. Aunado a ello, esta Reforma busca tener el control de lo que se enseña en las escuelas por medio del envío de evidencias de trabajos de los niños, condicionando al maestro para que sólo enseñe lo que aparece en los planes y programas, sin atender la diversidad cultural que presenta nuestro Estado.

En fechas recientes, como parte del desprestigio al magisterio de Oaxaca, fuerzas represivas federales y estatales tomaron las instalaciones del Instituto de Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), argumentando que se encontraba en manos de la Sección 22; sin embargo, esta acción debe entenderse como una manera de obligar a los trabajadores a aceptar la Reforma Educativa, negando con ello la posibilidad de una transformación social que parta de una propuesta diseñada por los mismos docentes en respuesta a la problemática social.

En la radio, la televisión y prensa escrita, el gobierno ha realizado campañas donde sólo se menciona al pueblo las “ventajas” de la reforma educativa, pero no las afectaciones que sufrirán todos los trabajadores de la educación en el país. Incluso, han enviado mensajes a los teléfonos celulares del pueblo oaxaqueño anunciando el inicio del ciclo escolar el 24 de Agosto. Asimismo, se han adjudicado logros sindicales como la entrega de uniformes y útiles escolares a los educandos. Ante ello, los docentes de Oaxaca, valiéndose del apoyo de los padres de familia, han decidido iniciar antes el ciclo escolar y han reprogramado sus jornadas de lucha, dispuestos a defender su trabajo y la educación pública.

No es una mentira que el Estado, por todos los medios ha tratado de terminar con los sindicatos del país, principalmente con el de los trabajadores de la educación del Estado de Oaxaca. La lucha de la sección 22 se inició por las inconformidades que había por parte de maestros en relación a sus pagos (había maestros que se encontraban trabajando sin recibir ningún pago durante dos años), a causa de que el pago se encontraba centralizado y para obtener alguna información sobre el mismo tenían que ir hasta la ciudad de México invirtiendo tiempo y dinero. Además, el SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) no hacía nada por atender las demandas de su gremio, por lo que surgió una Comisión Ejecutiva en 1980 que redactó un pliego petitorio con el que se logró arrancar al gobierno el pago de bonos establecidos únicamente en zonas petroleras, ese logro no sólo fue aplicable en el Estado de Oaxaca sino en la totalidad de los Estados del país, además de ello, se logró un aumento en el sueldo de los docentes.

Hasta hace unos meses, el pago nuevamente fue centralizado, no obstante, dentro de las demandas del pliego petitorio de la sección 22 no aparece un punto que exija el aumento de los salarios de los profesores, lo cual muestra que la lucha se está realizando por la defensa de la educación pública que realmente permita un cambio en la forma de vida de las personas.

Las movilizaciones de los maestros han sido tanto en las aulas, enseñando a apreciar lo que poseen y han heredado, como fuera de ellas, a través de la realización de marchas, mítines, programas socioculturales, congresos educativos en los que se promueva su plan educativo. Todo ello a pesar de que han sido víctimas de represiones por parte del gobierno, el cual ha generado miedo entre las bases y cometido asesinatos y desapariciones, como las ocurridas en el 2006, cuando el pueblo se unió al magisterio y desestabilizaron el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz, quien en un acto desesperado ordenó el desalojo de los maestros de las calles de la capital del Estado; o como el desalojo perpetrado por la policía federal ordenado por el actual presidente de la República el 13 de Septiembre del 2013 para celebrar el grito de independencia en el Zócalo, el cual, desde esa fecha a la actualidad, se encuentra resguardado para que nadie se pueda manifestar en él.

Cada vez son menos las oportunidades que los docentes tienen para manifestarse, ya que con la Reforma se imposibilita al docente a ausentarse por más de tres días consecutivos de su centro de trabajo. En contraposición, cada vez ocurren más frecuentemente las represiones en contra de las personas que se manifiestan. La causa de lucha es justa, sin embargo las representaciones, se han encargado de tergiversarla. No es una lucha únicamente de los maestros de Oaxaca, ésta debería ser de todo el país por la defensa del derecho universal de educación.

 

Fotografía: Corresponsalía de Chubakai.




El despojo de la educación

Palabras de La Casa de Todas y Todos, en su participación en el Encuentro
“Participación social y medios de comunicación frente a la Violencia del
Estado”

17 de abril 2015, Aula Magna de la Facultad de
Filosofía y Letras de la UNAM

 

Buenos días. Agradecemos la invitación a este encuentro. Venimos a nombre de la Casa de Todas y Todos. Ésta casa está en el municipio de Apodaca, colindante con la Ciudad de Monterrey, en el estado de Nuevo León. En la ciudad de Monterrey, en el año 1969, el seis de agosto, se fundaron las Fuerzas de Liberación Nacional, por un grupo de mujeres y hombres que acordaron entregar su vida por causas más allá de sus intereses personales. La Casa sirvió como lugar para estudiar, acordar, organizar, esconder y finalmente marchar al resto del país, sin importar cuanto tiempo les tomara, para lograrlo. Adoptaron el lema de Vicente Guerrero: ¡Vivir por la Patria! O ¡Morir por la Libertad!

Decimos que La Casa de Todas y Todos, actualmente tiene dos ejes principales de trabajo: la búsqueda de nuestros compañeros desaparecidos, y la recuperación de la memoria histórica del proceso organizativo que conformó a las Fuerzas de Liberación Nacional; aunado a esto, cotidianamente se hacen en la Casa actividades culturales o políticas, talleres o exposiciones, enfocadas muchas de ellas a la participación de los pobladores de ese municipio, nuestras vecinas y vecinos. Como Casa, hemos realizado ya varias actividades y encuentros con diferentes organizaciones nacionales e internacionales (Diálogo sobre la guerra fría en la ENAH, encuentros con organizaciones como el FUNDENL, charlas con organizaciones estudiantiles del País Vasco, encuentros con organizaciones de Alemania y Francia).

Pero queremos centrarnos hoy en presentar a ustedes el significado que tiene para nosotros la recuperación de la memoria histórica, amén de estar en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde se cursa esa carrera. Los compañeros que fundaron en ese año de 1969 las Fuerzas de Liberación Nacional, en sus propias palabras y actos, llevaron adelante la idea de que el camino de liberación de nuestro pueblo está en buena medida marcado por su historia; que antes que voltear a ver a experiencias revolucionarias de otros pueblos, había que mirar el camino trazado por el pueblo mexicano en el desarrollo de sus enfrentamientos contra tiranías, nacionales o extranjeras. E hicieron de esa perspectiva un principio político que habrían de desarrollar en las siguientes décadas: es el pueblo quien debe hacer suya la tarea de su propia liberación, y aquellas y aquellos que decidan realizar un esfuerzo militante por ese propósito, deben conocer su historia.

En el contexto de los años sesentas y setentas, enfrentados a un enemigo que recurría a las tácticas más deplorables para combatir la subversión, los militantes de las FLN recurrieron a las armas como forma de defensa, salvaguardas de un proceso de organización que no apostaba por la confrontación directa, inmediata, sino por la formación de militantes profesionales que extendieran, con paciente templanza, dicho proceso. Los caminos organizativos de las FLN llevaron a la formación, el 17 de noviembre de 1983, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional; de su historia y su camino, dan cuenta ellas y ellos. Y cabe decir que en La Casa de Todas y Todas no hay más que respeto y solidaridad para la lucha de los pueblos indígenas zapatistas; fue entre esos dignos pueblos donde la semilla del Compañero Pedro, fundador y primer dirigente nacional de las FLN, fue arropada y llevada adelante.

Pues bien, nos han invitado a hablar sobre la participación social frente a la violencia del Estado. A inicios de éste año organizamos un foro en la UAM sobre Criminalización y Militarización de la Protesta Social pues estamos conscientes del proceder del Estado y la urgencia primero de escucharnos, encontrarnos y luego ver de qué manera nos vamos a organizar para hacerle frente a ese enemigo común.

Y es a este respecto que nuestra recuperación de la memoria histórica entra en juego. La memoria histórica es un acto vivo, actual; al arrojar la mirada a lo acontecido en años, décadas, siglos pasados, asumimos con humildad el poco tiempo que tenemos como individuos para enfrentar a algunos de los más antiguos enemigos de la sociedad, principalmente la injusticia, la opresión, la explotación, sintetizados en nuestros tiempos en el Estado criminal y el sistema capitalista, que globalizado se erige en imperialista.

Mucho de nuestro pensamiento respecto a lo que consideramos urgente en términos de participación social, está expresado en una propuesta que hicimos pública en el mes de febrero; el documento íntegro lo pueden consultar en nuestra página de internet (www.casadetodasytodos.org), o si gustan les podemos pasar unas copias de ella que acá traemos. Nos interesa aquí centrarnos en algunos aspectos que consideramos es importante precisar.

Al hablar de la violencia del Estado, tenemos que mencionar que ella no se limita a los exabruptos criminales que cada vez son más constantes en la realidad mexicana, y en amplias zonas del mundo: esa violencia que lleva hoy nombres que duelen, como Ayotzinapa, México, o Garissa, Kenya. Nosotros pensamos que el Estado es inherentemente violento, incluso en el cabal funcionamiento de su normatividad, pues impone las relaciones sociales de explotación que caracterizan al sistema capitalista.

Aunado a ello, vemos en el momento actual del sistema capitalista, señales de una decadencia que, aunado a otros aspectos, podríamos caracterizar por la ausencia de lo que nosotros entendemos como una filosofía de la historia; esto es, un propósito general, un sino, del trabajo humano y el desarrollo de lo que económicamente se entiende como fuerzas productivas. El espacio vacío que resta es llenado hoy con la administración de la crisis continua.

El capitalismo del siglo XX, desarrollado en confrontación con el comunismo como sistema alterno, tenía un planteamiento histórico, un propósito trascendente a la mera consecución de una mayor ganancia; por ejemplo, Keynes – artífice del Estado capitalista característico del siglo XX – formulaba dicho propósito como el pleno empleo de la fuerza de trabajo, y la plena satisfacción de las necesidades básicas. En torno a ese propósito se desarrolló la racionalidad normativa de lo que se conoce como Estado benefactor, en el cual el Estado capitalista provee a la sociedad de los servicios más elementales, a la par que regula el conflicto entre capital y trabajo.

Eso no significa que bajo esa modalidad del Estado no hubiese continuos crímenes contra el pueblo; ahí están Vietnam y el año de 1968 como notorios eslabones en una larga cadena de ejemplos. No es, pues, una nostalgia reaccionaria la que impulsa nuestro pensamiento. Simplemente consideramos que es importante notar algunas trascendentales diferencias.

El Estado capitalista actual no obedece ya tales propósitos; en la resolución del conflicto entre esos dos sistemas alternos – Capitalismo y Comunismo – , ambos con el propósito histórico de derrotar al otro, la ideología dominante ha querido declarar el Fin de la historia. Y a la luz de ese despropósito, en los últimos treinta años se ha desarrollado el mayor despojo económico del que se tenga noticia. A los pueblos del mundo se les ha despojado mediante la violencia armada o violencia económica, de tierras, recursos minerales y acuíferos; también de bienes que antes eran públicos, administrados por el Estado, sean empresas estratégicas como las telefónicas o petrolíferas, o servicios elementales como la salud y la vivienda.

En el caso de México, las conquistas sociales que se plasmaron en la constitución de 1917 se han perdido a causa de reformas que facilitan el despojo, desregulan la relación entre el capital y el trabajo, y acotan derechos y libertades; por otro lado, bienes públicos que surgieron bajo la tutela del Estado, han sido privatizados a precios de ganga. Las reformas estructurales del 2014 serán la pauta con que se instrumentalizará el capitalismo en nuestro país de acuerdo al nuevo entorno mundial.

Vemos que hay un despojo, en particular, cuya instrumentalización se va desarrollando tendencialmente, y es quizá el que más riesgo acarrea. El despojo de la educación científica y pública. A la luz de esta tendencia es que nosotros entendemos la desaparición de los cuarenta y tres estudiantes normalistas de Ayotzinapa, y la masacre de los 148 estudiantes de Garissa, en Kenya.

El sistema capitalista hizo uso de la ciencia para el desarrollo de la tecnología, para producir más en menos tiempo y así obtener mayores ganancias. Ha sido la ciencia la que, asociada a la empresa capitalista, ha transformado al mundo como ningún otro trabajo humano anterior. Ha sido también, sobre los presupuestos de la ciencia, que se ha fincado el proyecto humano, en el cual somos libres y soberanos en la determinación de nuestro destino. Y la expansión de esos procesos no habría sido posible de no haber existido la educación pública.

La expansión de la educación pública, de la escuela como elemento nodal de la construcción social moderna, tuvo sus inicios en el auge del liberalismo, a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Aunque se le llame neoliberal a la forma del capitalismo actual, hay una variación sustancial respecto a la educación pública; nosotros pensamos que esta variación no es un cambio menor, no se trata de un despojo más.

En el capitalismo actual -decadente- se abandona el propósito de extender la educación científica más allá de determinados centros, exclusivos en su composición y objeto de estudio; para las más amplias regiones, en el mejor de los casos, tendencialmente se sustituye ciencia por técnica. Vemos entonces que los espacios de educación popular son marginados económicamente, el gremio magisterial es agredido, y el estudiante campesino que reclama sus derechos es calificado de violento. Los corifeos de la ideología dominante intentan convencernos, por medio de la reiteración continua, de la idea de que los centros de educación pública, por no decir popular, son contrarios -de alguno u otro modo- a los intereses de “la sociedad”.

Los ataques violentos contra estudiantes son la más clara manifestación de este tránsito, en el cual el capitalismo busca instaurar la ignorancia obscurantista, justo ahí donde, a la par, se instauran regímenes productivos que anulan en absoluto la libertad; esto es, justo ahí donde nuestras hermanas y hermanos vuelven a ser esclavos. Resulta intrascendente, a nuestro parecer, el que la ejecución de esos violentos ataques sea autoría de elementos de las instituciones del Estado, elementos del “crimen organizado”, o elementos de alguna militancia religiosa: en cualquiera de los casos, la mano del capitalismo decadente es la que ha fomentado que estos hechos ocurran.

Es en este tránsito, donde la posibilidad misma de imaginarnos como seres libres está en riesgo, que consideramos imprescindible reivindicar la recuperación de la memoria histórica; para nosotros, particularmente la que refiere a un proceso organizativo que, en los hechos, permitió apuntalar una alternativa al Estado como lo conocemos, y al Capital.

Así, consideramos nuestro deber actual convocar a un esfuerzo de unidad que permita, a largo plazo, cancelar las posibilidades de que la esclavitud (como la negación absoluta de la libertad) y la ignorancia reinen de nuevo sobre los pueblos de la tierra. Un esfuerzo que permita a nuestros pueblos ser libres y saberse libres.

Ese esfuerzo tiene, a nuestro parecer, como primeros pasos el establecimiento de espacios de diálogo; un diálogo en el cual no estén presentes aquellas y aquellos que conscientemente representan las instituciones y los instrumentos con los que nuestros pueblos son día a día dominados, explotados, reprimidos, desaparecidos, despojados. Nos referimos concretamente a la clase política “profesional”, partidista con cargo al erario público; nos referimos a los gobernantes municipales, estatales o federales; al empresariado, a los dueños de la banca; a jueces y magistrados; a las fuerzas policiacas y militares. Todos ellos, en tanto acuerpan al sistema capitalista que hoy pone en riesgo la libertad y la vida misma, son el enemigo.

Sabemos que el término “unidad” es problemático para muchas y muchos, en el actual contexto intelectual, que discurre entre la erosión de las verdades únicas y la desconfianza generalizada de los grandes relatos. Nosotros no entendemos el término unidad al son de las burocracias monolíticas, la ciega e irreflexiva adherencia, o la obediencia estúpida. Pensamos en la unidad como la decisión conjunta de avanzar en los propósitos acordados para enfrentar a eso que tenemos como enemigo común: Un estado criminal, a través del cual se instrumentaliza un capitalismo decadente.

En nuestra propuesta de unidad, además, consideramos válidos dos elementos que, hay quien afirma, se habría de considerar superados: Nación e Imperialismo.

Del imperialismo, debemos decir que consideramos que es una categoría válida para el análisis político y económico de la situación que vive nuestro país, México, y otros muchos países del mundo. Sin duda el contexto actual del capitalismo es distinto al del último cuarto del siglo XIX, con cuyos datos se gestó el análisis clásico del Imperialismo, y sin embargo, el componente nacional sigue siendo un importante factor económico a considerar; basta tener en cuenta que cerca de la mitad de las más grandes empresas multinacionales están establecidas en una nación, misma que en sus 239 años de existencia ha tenido únicamente 21 años sin estarle haciendo la guerra a alguien más. Pasar por alto la directriz de los intereses norteamericanos en el desarrollo de los eventos asociados al despojo de territorios y bienes públicos en la historia entera de nuestro país, es insensato.

El elemento nacional ha servido, y esto nos lo dice la historia, al combate de las injerencias extranjeras, y a las invasiones que nuestro pueblo ha repelido. Consideramos un deber la reivindicación de los esfuerzos populares que han servido a la sobrevivencia de nuestra patria.

Nuestra confianza está en el pueblo, en los pueblos; no sólo los que integran a México, sino los del mundo entero. Soñamos con el día en que quizá no haya más banderas, y se viva la efectiva hermandad de los pueblos; pero mientras los instrumentos financieros, como la moneda, y los instrumentos militares, como los ejércitos, sigan siendo los elementos principales de dominación y lleven en ellos la bandera o el nombre de una nación, es difícil considerar a ambas categorías como elementos rebasados por la historia.

Dentro de nuestra propuesta, nos hemos planteado realizar “Encuentros regionales por un nuevo acuerdo social”. Con paciencia nos hemos ido acercando a quienes están interesadas en discutir nuestra propuesta, y dichos encuentros están en camino. Pensamos que las leyes que rigen nuestro país han perdido valor para el pueblo, pues o directamente lo agreden, o perpetúan las condiciones de su opresión.

Hemos sido testigos de que es posible llegar a acuerdos sociales justos, claros y profundamente transformadores de lo real. Vemos además, que la tecnología informática de hoy puede servir para ahorrarnos – como pueblo – el costoso riesgo de la burocracia, las representaciones, y la delegación del poder en otro. Justamente, cuando los pueblos tienen en sus manos las herramientas que pueden permitir una administración directa y transparente del conocimiento y la información, herramientas que son producto exclusivo de la ciencia y el trabajo, el capitalismo – en esta actual decadencia – amenaza con devolvernos a las tinieblas; la biblioteca de Alejandría ya ardió una vez, y no por ello dejó de existir la rueda. Ciencia no es lo mismo que técnica.

En la Casa de Todas y Todos sabemos que el capitalismo no se derrumba por sí mismo. Su origen, desarrollo y fin no están regidos por una “ley” natural. Tenemos la convicción de que sólo con la fuerza organizada del pueblo este sistema capitalista, con estos rasgos de decadencia, podrá ser derruido.

 

 




La Lucha por la Educación Pública, Gratuita y Digna

En días recientes fue aprobada por el Congreso de la Unión la Reforma Educativa compuesta por tres leyes secundarias: la del Instituto Nacional de Evaluación, la General de Educación y la General del Servicio Profesional Docente. La aprobación se hizo a pesar de las intensas movilizaciones que aún realizan en todo el país los maestros organizados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, cuyas propuestas fueron ignoradas por los legisladores luego de algunos simulacros de diálogo de la parte oficial.

Desde que fue presentada la Iniciativa de Reforma Educativa, los maestros democráticos organizaron la resistencia que se recrudeció al iniciar el ciclo escolar 2013­2014 a través de manifestaciones masivas, paros laborales, marchas, volanteo, caravanas, toma de carreteras, bloqueo a la Cámara de Diputados, bloqueo al Aeropuerto de la Ciudad de México y un plantón en el Zócalo.

Los trabajadores de la educación no sólo han resistido las incomodidades de una lucha desigual frente al poderío del Estado, sino que también han enfrentado una intensa campaña discriminatoria y de linchamiento en los medios de comunicación, que los califica de vándalos, flojos, mugrosos, gorilas y otras etiquetas que buscan desprestigiar y desacreditar el movimiento ante los ojos de la ciudadanía.

Como lo han mencionado los propios maestros, la Reforma Educativa en realidad es una reforma laboral que elimina derechos conquistados por los trabajadores de la educación a lo largo de muchos años de lucha. La reforma fue diseñada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico para su aplicación en México y es parte del menú hecho para agradar a las grandes empresas que buscan invertir en el jugoso negocio de la educación en cuanto se haga realidad el desmantelamiento total de la escuela pública.

Dicha reforma convierte a la educación en una mercancía sometida a las leyes del mercado, donde el maestro pasa a ser un empleado sin derechos, en peligro permanente de despido y condicionado a evaluaciones constantes a cargo de personas ajenas a los problemas diarios de la escuela y a las condiciones de pobreza en que viven los alumnos y sus familias.

En lo esencial la reforma establece evaluación obligatoria para los maestros, concursos de oposición, sanciones y despido masivo de profesores para renovar la planta eliminando los derechos laborales, sin posibilidad alguna de defensa legal para los afectados. Es decir, se trata de una evaluación que castiga a los trabajadores de la educación con el fin de eliminar a la escuela pública para ponerla en manos de la iniciativa privada.

Desde el inicio de su gestión, el gobierno de Peña Nieto no vaciló en darle continuidad a la política neoliberal de los gobiernos anteriores, con la sola diferencia de que ésta vez ha pisado el acelerador hasta el fondo, sin miramientos de ningún tipo, impulsando la aprobación “fast track” de reformas estructurales.

A la Reforma Educativa, elaborada, presentada ante el Congreso de la Unión y aprobada en un tiempo récord aprovechando el periodo vacacional decembrino de los maestros, le han seguido en cascada otras reformas que buscan entregar las riquezas naturales del país a los grandes capitalistas nacionales y extranjeros.

Como antecedente a estas iniciativas siempre observamos el despliegue de grandes campañas en los medios de comunicación, que buscan convencer a las población de la “necesidad” de las reformas como forma de “mover a México”, sacarlo de su inercia y elevarlo al nivel de las grandes potencias mundiales mediante el impulso de la competitividad y la productividad.

Con el supuesto de que México no tiene otra opción que integrarse a la economía global, el capitalismo salvaje y depredador busca salvar su crisis aumentando el saqueo de los países pobres, obligando a los gobiernos títeres de todo el mundo a promover reformas para eliminar los derechos sociales y abrir las puertas a la inversión extranjera. En menos de un año, éstas medidas le han ganado a Peña Nieto el repudio generalizado de la población, al grado de que las páginas oficiales de la Presidencia de la República que se anuncian en internet se ven inundadas de comentarios que reflejan el hartazgo de la sociedad por los altos niveles de inseguridad, carestía, desempleo y deterioro en los niveles de vida de la población trabajadora. Con la reforma energética se abren las puertas a la inversión de las empresas extranjeras y al saqueo de país, gracias al Estado servil representado por Enrique Peña Nieto.

Sabiendo que éstas medidas aumentan la irritación social, el Estado prepara medidas de contención y represión, fortaleciendo su aparato policiaco y militar, aplicando estrategias utilizadas en otros países que cuentan con más experiencia en disolver grandes protestas sociales. Por ejemplo, se anuncia la organización de la Gendarmería Nacional (copia de Francia) y el establecimiento del mando único de las policías para concentrar datos a nivel nacional mediante el intercambio de información entre los servicios de inteligencia.

La organización del aparato represivo se convierte en una tarea de máxima importancia para el Estado que contener y controlar las protestas masivas que se anticipan como resultado de las reformas estructurales para beneficio de las empresas trasnacionales que buscan saquear las riquezas naturales del país, especialmente el petróleo y la energía eléctrica. Como parte de la estrategia del Estado, vemos como se exhibe en los medios de comunicación el despliegue del aparato represivo en los momentos de mayor irritación social, con el fin de transmitir miedo e impotencia.

Hoy mediante la campaña mediática previa a la aprobación de toda reforma, nos vuelven a bombardear con las “bondades” de una reforma energética que permitirá bajar las tarifas en el consumo de energía eléctrica y los costos del gas natural. Sabemos que esas son patrañas, como lo han sido las promesas anteriormente difundidas por los grandes medios de comunicación controlados por el Estado.

Con la Reforma Energética viene la Reforma Hacendaria, mediante la cual se busca cargar sobre la población trabajadora el costo de la venta del petróleo al extranjero, aplicando impuestos a los alimentos y medicinas y justificando la cacería contra miles de personas que encuentran en el comercio informal la única manera de sobrevivir ante la carencia de empleos.

Más irritación social y más represión, pero también más necesidad de organizar el repudio de la sociedad para detener la barbarie del capitalismo tardío que busca someter al país con toda su fuerza y con todos los medios a su alcance.

VIVIR POR LA PATRIA O MORIR POR LA LIBERTAD

Grupo Editorial “tod@s”