Encuentro obrero 2018: organización, todas las luchas y todos los esfuerzos

INVITACIÓN PARA PLATICAR SOBRE LA SITUACIÓN, LUCHAS Y EXPERIENCIAS DE LOS TRABAJADORES MEXICANOS

Compañero/a:

Te invitamos a que platiquemos, como trabajadores que somos, sobre nuestras condiciones de trabajo, de vida, de participación como grupos de trabajadores en la sociedad,  de nuestros derechos laborales, sobre cómo organizarnos ante los cambios que se han dado en nuestro país.

Proponemos hacerlo los días 20 y 21 de octubre, en Nuevo León, México; en la Casa de Todas y todas, cita en  Moisés Sáenz No. 400 El Mezquital, Apodaca, N.L.

Ahí podemos platicar libremente para ver ¿qué hacemos?, ¿cómo conviene organizarnos?, ¿qué pasos dar en beneficio de nuestras organizaciones laborales?, en beneficio de nuestras familias y de nuestro país. Llegaran compañeros de varios sectores. Juntos encontremos ¿dónde han quedado nuestros valores gremiales como unidad, compañerismo, solidaridad obrera, fraternidad, camaradería, lealtad, apoyo y respeto entre trabajadores?

Ésta nuestra clase obrera, que ha sido golpeada por más de un siglo de luchas difíciles, complicadas, de las que ha salido dividida, confundida, frustrada, necesita encontrarse. Decíamos en 1988 que somos una clase obrera que ha sido cortejada oportunistamente en víspera de elecciones por todos los partidos políticos registrados y en diferentes coyunturas, por todos los grupos de la izquierda de aquella época. Una clase social que ha sido usada y manipulada, penetrada por ciertos grupos. Seguimos pensando que así fue pero que indudablemente la clase trabajadora tiene la oportunidad de organizarse, de levantarse.

Lo primero es escucharnos.

¿Qué hacemos?, ¿Quiénes somos?, ¿Quiénes son nuestros amigos y aliados?, ¿Quiénes son nuestros enemigos?,  ¿Contra quién luchamos?, ¿Cómo lo haríamos? ¿Qué proponemos?

¡¡¡ Iniciemos este 20 y 21 de octubre del 2018 !!!

¡¡¡ Sean ustedes Bienvenidos y Bienvenidas !!!




Fray Servando Teresa de Mier. Semblanza

Semblanza sobre Fray Servando Teresa de Mier en las Jornadas por el Rescate de la Memoria Histórica, en el marco de la Reinauguración de La Casa de Todas y Todos. Apodaca, Nuevo León. Agosto 2014




El valor de la Memoria Histórica

Participación de Neil Harvey en las Jornadas por el Rescate de la Memoria Histórica, en el marco de la Reinauguración de La Casa de Todas y Todos. Apodaca, Nuevo León. Agosto 2014




Qué es la Memoria Histórica

Participación de Carlos Sánchez en las Jornadas por el Rescate de la Memoria Histórica, en el marco de la Reinauguración de La Casa de Todas y Todos. Apodaca, Nuevo León. Agosto 2014




Reinauguración de La Casa de Todas y Todos, agosto 2014

Participación Felipe Echenique, “Jornadas por el Rescate de La Memoria Histórica”




Dignificar la Historia

Video del evento del 15 de julio en la Casa Museo de la Memoria Indómita




Las Fuerzas de Liberación Nacional y la Guerra Fría en México 1969-1974 (sumario)

(Extractos de Primer Cuaderno de Trabajo presentado el 15 de Julio de 2015 en la Casa Museo de la Memoria Histórica)
Neil Harvey, Universidad Estatal de Nuevo México
“La guerra sucia en México no fue un fenómeno aislado de los acontecimientos mundiales. Por ello, es importante entender los objetivos de los movimientos guerrilleros en el contexto de la guerra fría y las intervenciones del gobierno de los Estados Unidos en América Latina, una región que era considerada como su área de influencia geopolítica…”

“La Casa de Todos y Todas, A.C., en Monterrey, también ha estado dando a conocer textos de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) que permiten conocer otras características de las FLN más allá de los reportes policiacos que han sido fuente primaria para varios textos sobre los orígenes del EZLN (de manera marcada, el de Tello 1995).”

“A diferencia del EIM y otras organizaciones de la guerrilla urbana, las FLN se caracterizaban por una estricta disciplina militar. No secuestraban a ricos, ni asaltaban bancos, ni pusieron bombas. Su primer comunicado se refiere a la subordinación de la violencia a necesidades de la autodefensa. En su ética revolucionaria, las armas no eran para hostigar al enemigo, sino para crear un ejército popular capaz de arrancarle el poder al enemigo. Es decir, la actividad política y la ideología eran sus prioridades, con el fin de modificar la conciencia. Por ello, no enfatizaban la parte militar de su organización…”

“….en febrero de 1974 fueron descubiertas dos casas de seguridad de las FLN, una en Monterrey, Nuevo León, y la otra en Nepantla, en el estado de México…”
“La noche del día siguiente, el 14 de febrero, la Policía Militar llevó a cabo un operativo que, a pesar de la resistencia de los militantes de las FLN que se encontraban allí, dejó un saldo de cinco muertos (Alfredo Zárate, Carmen Ponce, Mario Sánchez Acosta, Anselmo Ríos y Dení Prieto Stock) así como dos detenidos (Raúl Morales y Gloria Benavides) (“Nepantla, un lustro,” 1979). En la casa de Nepantla los soldados encontraron datos sobre la ubicación del foco establecido en Chiapas e inmediatamente se puso en marcha una operación militar para acabar con el núcleo guerrillero Emiliano Zapata (NGEZ) en Rancho el Chilar, municipio de Ocosingo. En una serie de combates entre febrero y abril de 1974 siete integrantes del NGEZ fueron asesinados y/o desaparecidos: Elisa Irina Sáenz, Raúl Pérez Gasque, Carlos Vives, Juan Guichard Gutiérrez, Federico Carballo Subiaur, César Germán Yáñez y Fidelino Velázquez. El gobierno nunca dio información confiable sobre su paradero; sólo indicó que murieron, sin dar ubicación de ningún sitio. Desde entonces, los siete forman lo que conocemos como la “lista de Ocosingo”, que los familiares y el Comité Eureka siguen reclamando hasta la fecha.”
“En la década de los setentas, las autoridades ejecutaron y desaparecieron a miles de personas no directamente involucradas en la guerrilla, y sus acciones quedaron impunes y gozaron de la protección de las instituciones del gobierno.” “…le toca a la misma sociedad civil trabajar en la recuperación de la memoria histórica, partiendo de los testimonios y comunicados de los mismos militantes y, ubicándolos en los contextos sociales y políticos de la época.”

Comentarios del Dr. Carlos Sánchez Vicente(Euskal Herria)
“Hay una serie de hitos históricos que se suceden desde el final de la II Guerra Mundial, que constituyeron puntos de inflexión en la constitución y desarrollo de los movimientos de liberación nacional y del proceso de la lucha contra el imperialismo.”
“Fue en esta coyuntura mundial cuando nacieron las FLN en México. Y aunque los factores claves del surgimiento de esta organización revolucionaria de liberación nacional hay que buscarlos sin duda en primer lugar en la propia Historia Mexicana, en las tradiciones políticas y culturales de la lucha su pueblo, es imposible sustraer este proceso de las influencias de los grandes procesos mundiales del momento.”
“Uno no puede por menos que reflexionar sobre la conjunción de las muy diversas experiencias tanto subjetivas como colectivas: materiales (la rebelión contra la miseria y la explotación), intelectuales (la lucha por un orden más justo y racional) espirituales (la lucha por la felicidad general o el sentimiento patriótico)- que llevaron a aquellos militantes revolucionarios- en esas décadas insurgentes- a un compromiso tan profundo con sus respectivos pueblos, como fecundo con todos los pueblos a la vez.”
“Aquellos jóvenes que en la casa del Dr Margil decidieron en 1969 asistir al parto de un nuevo mundo, con su lozana generosidad, se fundieron desde ese momento con todo ese nuevo planeta aun por nacer, y con toda su Historia.”

Comentarios del Dr. Francisco Pineda Gómez (Ciudad de Mexico)
“La palabra escrita de las Fuerzas de Liberación Nacional rompe un silencio de cuatro décadas y, con ello, se actualiza en otro contexto. Las ideas, los anhelos y las dificultades de aquel tiempo resurgen para dialogar hoy con otros lectores. Si la primera vez fueron comunicados confidenciales destinados a los militantes, ahora se encuentran frente a otros ojos, en otro tiempo del mismo país, y generan condiciones de posibilidad para la emergencia de nuevas ideas. Sobre todo, estos documentos rompen el monopolio de la palabra dominante, acerca de la lucha de liberación que protagonizaron los jóvenes de aquellos años.”
“Estamos convocados a sacar enseñanzas de los documentos internos de las FLN. Aspectos importantes de lo que señaló César Germán Yáñez (Pedro) a los militantes, aplican al trabajo historiográfico independiente: no debemos ilusionarnos con la idea de un logro rápido o sin esfuerzo, ni con promesas de recompensas futuras; al contrario, en los combates por la historia hay, y habrán, problemas, así como periodos de retroceso. En la ruptura con la historiografía dominante, se precisa el esfuerzo, la capacidad para sobreponernos y asimilar las experiencias para remontar las dificultades que se presenten.”
“’El deber del ahora es hacer la revolución, ésa es la premisa indispensable para todo compañero militante’, señaló el primer comunicado de las Fuerzas de Liberación Nacional. ‘Sólo la revolución podrá salvar a la república’, indicó Emiliano Zapata, general en jefe del Ejército Libertador. Ambos planteamientos fueron la base para proponerles una situación dialógica entre contextos revolucionarios diferentes. Espero que este intento pueda servir para alentar nuevas ideas, acerca del Ejército Libertador y las Fuerzas de Liberación Nacional”.




Dialogo: Lucha Histórica, Derechos y Acuerdo Social en México

Palabras de la historiadora Lydia Espinoza Morales, la doctora Leticia Hidalgo, los profesores Arturo Valdez y José Luis Manzo, y la defensora de derechos humanos Alejandra Jimenez,




Diálogo: Lucha histórica, Derechos y Acuerdo Social en México.

Te invitamos este sábado 23 de mayo, 2015, a partir de las 10:30 am, a participar en este nuevo Diálogo de La Casa de Todas y Todos, que se realizará en el Auditorio del nuevo edificio de posgrado de la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL. Con la participación de la Casa del Migrante de Saltillo, Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos Nuevo León, Frente Amplio Ambientalista, y la Dra. Laura Medellín Investigadora del CITEJyC.

¡No faltes!

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El despojo de la educación

Palabras de La Casa de Todas y Todos, en su participación en el Encuentro
“Participación social y medios de comunicación frente a la Violencia del
Estado”

17 de abril 2015, Aula Magna de la Facultad de
Filosofía y Letras de la UNAM

 

Buenos días. Agradecemos la invitación a este encuentro. Venimos a nombre de la Casa de Todas y Todos. Ésta casa está en el municipio de Apodaca, colindante con la Ciudad de Monterrey, en el estado de Nuevo León. En la ciudad de Monterrey, en el año 1969, el seis de agosto, se fundaron las Fuerzas de Liberación Nacional, por un grupo de mujeres y hombres que acordaron entregar su vida por causas más allá de sus intereses personales. La Casa sirvió como lugar para estudiar, acordar, organizar, esconder y finalmente marchar al resto del país, sin importar cuanto tiempo les tomara, para lograrlo. Adoptaron el lema de Vicente Guerrero: ¡Vivir por la Patria! O ¡Morir por la Libertad!

Decimos que La Casa de Todas y Todos, actualmente tiene dos ejes principales de trabajo: la búsqueda de nuestros compañeros desaparecidos, y la recuperación de la memoria histórica del proceso organizativo que conformó a las Fuerzas de Liberación Nacional; aunado a esto, cotidianamente se hacen en la Casa actividades culturales o políticas, talleres o exposiciones, enfocadas muchas de ellas a la participación de los pobladores de ese municipio, nuestras vecinas y vecinos. Como Casa, hemos realizado ya varias actividades y encuentros con diferentes organizaciones nacionales e internacionales (Diálogo sobre la guerra fría en la ENAH, encuentros con organizaciones como el FUNDENL, charlas con organizaciones estudiantiles del País Vasco, encuentros con organizaciones de Alemania y Francia).

Pero queremos centrarnos hoy en presentar a ustedes el significado que tiene para nosotros la recuperación de la memoria histórica, amén de estar en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde se cursa esa carrera. Los compañeros que fundaron en ese año de 1969 las Fuerzas de Liberación Nacional, en sus propias palabras y actos, llevaron adelante la idea de que el camino de liberación de nuestro pueblo está en buena medida marcado por su historia; que antes que voltear a ver a experiencias revolucionarias de otros pueblos, había que mirar el camino trazado por el pueblo mexicano en el desarrollo de sus enfrentamientos contra tiranías, nacionales o extranjeras. E hicieron de esa perspectiva un principio político que habrían de desarrollar en las siguientes décadas: es el pueblo quien debe hacer suya la tarea de su propia liberación, y aquellas y aquellos que decidan realizar un esfuerzo militante por ese propósito, deben conocer su historia.

En el contexto de los años sesentas y setentas, enfrentados a un enemigo que recurría a las tácticas más deplorables para combatir la subversión, los militantes de las FLN recurrieron a las armas como forma de defensa, salvaguardas de un proceso de organización que no apostaba por la confrontación directa, inmediata, sino por la formación de militantes profesionales que extendieran, con paciente templanza, dicho proceso. Los caminos organizativos de las FLN llevaron a la formación, el 17 de noviembre de 1983, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional; de su historia y su camino, dan cuenta ellas y ellos. Y cabe decir que en La Casa de Todas y Todas no hay más que respeto y solidaridad para la lucha de los pueblos indígenas zapatistas; fue entre esos dignos pueblos donde la semilla del Compañero Pedro, fundador y primer dirigente nacional de las FLN, fue arropada y llevada adelante.

Pues bien, nos han invitado a hablar sobre la participación social frente a la violencia del Estado. A inicios de éste año organizamos un foro en la UAM sobre Criminalización y Militarización de la Protesta Social pues estamos conscientes del proceder del Estado y la urgencia primero de escucharnos, encontrarnos y luego ver de qué manera nos vamos a organizar para hacerle frente a ese enemigo común.

Y es a este respecto que nuestra recuperación de la memoria histórica entra en juego. La memoria histórica es un acto vivo, actual; al arrojar la mirada a lo acontecido en años, décadas, siglos pasados, asumimos con humildad el poco tiempo que tenemos como individuos para enfrentar a algunos de los más antiguos enemigos de la sociedad, principalmente la injusticia, la opresión, la explotación, sintetizados en nuestros tiempos en el Estado criminal y el sistema capitalista, que globalizado se erige en imperialista.

Mucho de nuestro pensamiento respecto a lo que consideramos urgente en términos de participación social, está expresado en una propuesta que hicimos pública en el mes de febrero; el documento íntegro lo pueden consultar en nuestra página de internet (www.casadetodasytodos.org), o si gustan les podemos pasar unas copias de ella que acá traemos. Nos interesa aquí centrarnos en algunos aspectos que consideramos es importante precisar.

Al hablar de la violencia del Estado, tenemos que mencionar que ella no se limita a los exabruptos criminales que cada vez son más constantes en la realidad mexicana, y en amplias zonas del mundo: esa violencia que lleva hoy nombres que duelen, como Ayotzinapa, México, o Garissa, Kenya. Nosotros pensamos que el Estado es inherentemente violento, incluso en el cabal funcionamiento de su normatividad, pues impone las relaciones sociales de explotación que caracterizan al sistema capitalista.

Aunado a ello, vemos en el momento actual del sistema capitalista, señales de una decadencia que, aunado a otros aspectos, podríamos caracterizar por la ausencia de lo que nosotros entendemos como una filosofía de la historia; esto es, un propósito general, un sino, del trabajo humano y el desarrollo de lo que económicamente se entiende como fuerzas productivas. El espacio vacío que resta es llenado hoy con la administración de la crisis continua.

El capitalismo del siglo XX, desarrollado en confrontación con el comunismo como sistema alterno, tenía un planteamiento histórico, un propósito trascendente a la mera consecución de una mayor ganancia; por ejemplo, Keynes – artífice del Estado capitalista característico del siglo XX – formulaba dicho propósito como el pleno empleo de la fuerza de trabajo, y la plena satisfacción de las necesidades básicas. En torno a ese propósito se desarrolló la racionalidad normativa de lo que se conoce como Estado benefactor, en el cual el Estado capitalista provee a la sociedad de los servicios más elementales, a la par que regula el conflicto entre capital y trabajo.

Eso no significa que bajo esa modalidad del Estado no hubiese continuos crímenes contra el pueblo; ahí están Vietnam y el año de 1968 como notorios eslabones en una larga cadena de ejemplos. No es, pues, una nostalgia reaccionaria la que impulsa nuestro pensamiento. Simplemente consideramos que es importante notar algunas trascendentales diferencias.

El Estado capitalista actual no obedece ya tales propósitos; en la resolución del conflicto entre esos dos sistemas alternos – Capitalismo y Comunismo – , ambos con el propósito histórico de derrotar al otro, la ideología dominante ha querido declarar el Fin de la historia. Y a la luz de ese despropósito, en los últimos treinta años se ha desarrollado el mayor despojo económico del que se tenga noticia. A los pueblos del mundo se les ha despojado mediante la violencia armada o violencia económica, de tierras, recursos minerales y acuíferos; también de bienes que antes eran públicos, administrados por el Estado, sean empresas estratégicas como las telefónicas o petrolíferas, o servicios elementales como la salud y la vivienda.

En el caso de México, las conquistas sociales que se plasmaron en la constitución de 1917 se han perdido a causa de reformas que facilitan el despojo, desregulan la relación entre el capital y el trabajo, y acotan derechos y libertades; por otro lado, bienes públicos que surgieron bajo la tutela del Estado, han sido privatizados a precios de ganga. Las reformas estructurales del 2014 serán la pauta con que se instrumentalizará el capitalismo en nuestro país de acuerdo al nuevo entorno mundial.

Vemos que hay un despojo, en particular, cuya instrumentalización se va desarrollando tendencialmente, y es quizá el que más riesgo acarrea. El despojo de la educación científica y pública. A la luz de esta tendencia es que nosotros entendemos la desaparición de los cuarenta y tres estudiantes normalistas de Ayotzinapa, y la masacre de los 148 estudiantes de Garissa, en Kenya.

El sistema capitalista hizo uso de la ciencia para el desarrollo de la tecnología, para producir más en menos tiempo y así obtener mayores ganancias. Ha sido la ciencia la que, asociada a la empresa capitalista, ha transformado al mundo como ningún otro trabajo humano anterior. Ha sido también, sobre los presupuestos de la ciencia, que se ha fincado el proyecto humano, en el cual somos libres y soberanos en la determinación de nuestro destino. Y la expansión de esos procesos no habría sido posible de no haber existido la educación pública.

La expansión de la educación pública, de la escuela como elemento nodal de la construcción social moderna, tuvo sus inicios en el auge del liberalismo, a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Aunque se le llame neoliberal a la forma del capitalismo actual, hay una variación sustancial respecto a la educación pública; nosotros pensamos que esta variación no es un cambio menor, no se trata de un despojo más.

En el capitalismo actual -decadente- se abandona el propósito de extender la educación científica más allá de determinados centros, exclusivos en su composición y objeto de estudio; para las más amplias regiones, en el mejor de los casos, tendencialmente se sustituye ciencia por técnica. Vemos entonces que los espacios de educación popular son marginados económicamente, el gremio magisterial es agredido, y el estudiante campesino que reclama sus derechos es calificado de violento. Los corifeos de la ideología dominante intentan convencernos, por medio de la reiteración continua, de la idea de que los centros de educación pública, por no decir popular, son contrarios -de alguno u otro modo- a los intereses de “la sociedad”.

Los ataques violentos contra estudiantes son la más clara manifestación de este tránsito, en el cual el capitalismo busca instaurar la ignorancia obscurantista, justo ahí donde, a la par, se instauran regímenes productivos que anulan en absoluto la libertad; esto es, justo ahí donde nuestras hermanas y hermanos vuelven a ser esclavos. Resulta intrascendente, a nuestro parecer, el que la ejecución de esos violentos ataques sea autoría de elementos de las instituciones del Estado, elementos del “crimen organizado”, o elementos de alguna militancia religiosa: en cualquiera de los casos, la mano del capitalismo decadente es la que ha fomentado que estos hechos ocurran.

Es en este tránsito, donde la posibilidad misma de imaginarnos como seres libres está en riesgo, que consideramos imprescindible reivindicar la recuperación de la memoria histórica; para nosotros, particularmente la que refiere a un proceso organizativo que, en los hechos, permitió apuntalar una alternativa al Estado como lo conocemos, y al Capital.

Así, consideramos nuestro deber actual convocar a un esfuerzo de unidad que permita, a largo plazo, cancelar las posibilidades de que la esclavitud (como la negación absoluta de la libertad) y la ignorancia reinen de nuevo sobre los pueblos de la tierra. Un esfuerzo que permita a nuestros pueblos ser libres y saberse libres.

Ese esfuerzo tiene, a nuestro parecer, como primeros pasos el establecimiento de espacios de diálogo; un diálogo en el cual no estén presentes aquellas y aquellos que conscientemente representan las instituciones y los instrumentos con los que nuestros pueblos son día a día dominados, explotados, reprimidos, desaparecidos, despojados. Nos referimos concretamente a la clase política “profesional”, partidista con cargo al erario público; nos referimos a los gobernantes municipales, estatales o federales; al empresariado, a los dueños de la banca; a jueces y magistrados; a las fuerzas policiacas y militares. Todos ellos, en tanto acuerpan al sistema capitalista que hoy pone en riesgo la libertad y la vida misma, son el enemigo.

Sabemos que el término “unidad” es problemático para muchas y muchos, en el actual contexto intelectual, que discurre entre la erosión de las verdades únicas y la desconfianza generalizada de los grandes relatos. Nosotros no entendemos el término unidad al son de las burocracias monolíticas, la ciega e irreflexiva adherencia, o la obediencia estúpida. Pensamos en la unidad como la decisión conjunta de avanzar en los propósitos acordados para enfrentar a eso que tenemos como enemigo común: Un estado criminal, a través del cual se instrumentaliza un capitalismo decadente.

En nuestra propuesta de unidad, además, consideramos válidos dos elementos que, hay quien afirma, se habría de considerar superados: Nación e Imperialismo.

Del imperialismo, debemos decir que consideramos que es una categoría válida para el análisis político y económico de la situación que vive nuestro país, México, y otros muchos países del mundo. Sin duda el contexto actual del capitalismo es distinto al del último cuarto del siglo XIX, con cuyos datos se gestó el análisis clásico del Imperialismo, y sin embargo, el componente nacional sigue siendo un importante factor económico a considerar; basta tener en cuenta que cerca de la mitad de las más grandes empresas multinacionales están establecidas en una nación, misma que en sus 239 años de existencia ha tenido únicamente 21 años sin estarle haciendo la guerra a alguien más. Pasar por alto la directriz de los intereses norteamericanos en el desarrollo de los eventos asociados al despojo de territorios y bienes públicos en la historia entera de nuestro país, es insensato.

El elemento nacional ha servido, y esto nos lo dice la historia, al combate de las injerencias extranjeras, y a las invasiones que nuestro pueblo ha repelido. Consideramos un deber la reivindicación de los esfuerzos populares que han servido a la sobrevivencia de nuestra patria.

Nuestra confianza está en el pueblo, en los pueblos; no sólo los que integran a México, sino los del mundo entero. Soñamos con el día en que quizá no haya más banderas, y se viva la efectiva hermandad de los pueblos; pero mientras los instrumentos financieros, como la moneda, y los instrumentos militares, como los ejércitos, sigan siendo los elementos principales de dominación y lleven en ellos la bandera o el nombre de una nación, es difícil considerar a ambas categorías como elementos rebasados por la historia.

Dentro de nuestra propuesta, nos hemos planteado realizar “Encuentros regionales por un nuevo acuerdo social”. Con paciencia nos hemos ido acercando a quienes están interesadas en discutir nuestra propuesta, y dichos encuentros están en camino. Pensamos que las leyes que rigen nuestro país han perdido valor para el pueblo, pues o directamente lo agreden, o perpetúan las condiciones de su opresión.

Hemos sido testigos de que es posible llegar a acuerdos sociales justos, claros y profundamente transformadores de lo real. Vemos además, que la tecnología informática de hoy puede servir para ahorrarnos – como pueblo – el costoso riesgo de la burocracia, las representaciones, y la delegación del poder en otro. Justamente, cuando los pueblos tienen en sus manos las herramientas que pueden permitir una administración directa y transparente del conocimiento y la información, herramientas que son producto exclusivo de la ciencia y el trabajo, el capitalismo – en esta actual decadencia – amenaza con devolvernos a las tinieblas; la biblioteca de Alejandría ya ardió una vez, y no por ello dejó de existir la rueda. Ciencia no es lo mismo que técnica.

En la Casa de Todas y Todos sabemos que el capitalismo no se derrumba por sí mismo. Su origen, desarrollo y fin no están regidos por una “ley” natural. Tenemos la convicción de que sólo con la fuerza organizada del pueblo este sistema capitalista, con estos rasgos de decadencia, podrá ser derruido.