Carta de las FLN a Pablo González Casanova, Comandante Pablo Contreras del CCRI del EZLN.

Como Grupo editorial de la Casa de todas y todos, presentamos esta carta que fue entregada el día 11 de marzo a Don Pablo González Casanova y que se nos ha solicitado ´publicar de forma íntegra:

Para:

Don Pablo González
Casanova

Comandante Pablo
Contreras del CCRI del EZLN

De:

Fuerzas de Liberación
Nacional (FLN)

Compañero Don Pablo,

Con el debido respeto acudimos a usted para exponer la política de
enfrentamiento que algunos sujetos enmascarados, y que se presentan como
miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), han realizado en
contra de nuestra labor en comunidades indígenas. Estas actividades que hacemos
en dichas comunidades y en otras partes de México no son armados ni clandestinos,
ni tienen por objetivo “cooptar” sin más a las comunidades: no es esa la forma
en que trabajamos. Las actividades han tenido sustento en la participación de médicos,
arquitectos, mujeres organizadas y deportistas quienes, junto a Organizaciones No
Gubernamentales de derechos humanos, realizaron cursos formativos y planes de
derechos humanos para el desarrollo comunitario autónomo, cursos de salud,
clases deportivas, todo esto en consulta y con el consentimiento de las
familias indígenas que participan en ello, quienes no pertenecen al EZLN, y
sufren abismales carencias en servicios de salud y educación; más aún, tienen
el cuartel del Ejército Mexicano más grande de Chiapas a pocos kilómetros de
sus comunidades.

Estos voluntarios, maestros y alumnos universitarios en su mayoría, que han
participado en los trabajos entienden la necesidad de apoyar a las comunidades
que forman parte de los primeros pueblos de Chiapas en integrarse a las Fuerzas
de Liberación Nacional (FLN) en 1983, cuando apenas estaba por fundarse el
EZLN. Como organización, cumplimos ya 50 años realizando de forma
ininterrumpida trabajos políticos, sociales, culturales y revolucionarios en muchas
otras partes del territorio nacional y es la primera ocasión en que nos
enfrentamos a problemas de esta naturaleza, por más que hayamos sorteado muchos
otros.

Estos acontecimientos de amenazas serias, desplazamiento forzado e
intimidación cometidos por quienes se presentan como miembros del EZLN, y que
hoy le damos a conocer a usted, forman ya parte de una serie de denuncias
públicas que han sido presentadas en tiempo y forma por el Observatorio Mexicano
de Derechos Humanos http://derechoshumanosmexico.org/denunciachiapas. Ahí podrá usted obtener la versión original
de dichas denuncias. Por supuesto que condenamos estos actos y nos deslindamos
de quienes usurpando el nombre de nuestra organización abjuran de sus
principios.  

Estos últimos reprobables sucesos que le presentamos no han sido los
únicos. Desde que reanudamos el andar por nuestro camino, que nunca
abandonamos, a mediados del año 2013, hemos recibido de parte de quienes fueron
en el pasado entrañables compañeros una andanada de calumnias y difamaciones,
muchas de las cuales se contradicen entre sí. Se ha dicho que nos rendimos, que
ya no existimos, que somos rajados, contrainsurgentes, que tenemos nexos con el
narcotráfico, que tenemos acuerdos con el actual presidente, que repartimos
cuernos de chivo y treinta mil pesos, que el aquí firmante padece demencia
senil, que somos violentos y tenemos una lista de nombres, juzgados en ausencia
y condenados a muerte; las calumnias se transformaron de afirmaciones que
buscaron ningunearnos, a mentiras con el propósito de atemorizar a incautos.
Todo eso es falso.

Para que entienda el origen de esta calumniosa campaña, anexamos una
carta que envió, en el año de 2013 a través de una compañera nuestra, el
entonces denominado Subcomandante Marcos a miembros de nuestra dirección. Dicha
carta está plagada de calumnias, mentiras y distorsiones intencionales sobre
nuestro trabajo y nuestra organización.

Nuestra respuesta ante el doloroso insulto que esa carta representa fue
reanudar los pasos de nuestro camino, que fueron pausados por las necesidades
políticas de un contexto anterior ya inexistente. Comenzamos así con la
reparación de una deuda moral nuestra: el respeto a la vida, muerte,
desaparición y memoria de nuestros compañeros responsables históricos;
concretamente, la única respuesta que dimos a esa carta fueron las siguientes
palabras: “La vida de nuestros compañeros es digna, y no es indigno
recordarlos”. Antes que a usted, le dimos a conocer el contenido de esta carta
a Dr. López y Rivas para que, como interlocutor del EZLN, intercediera y
cesaran las agresiones y calumnias. Él puede informarle de esto, que no es un
secreto.

Le comentamos a usted que, una vez reanudado nuestro andar, nos
reencontramos con antiguas compañeras y compañeros cuyo esfuerzo participativo
fue retribuido con malos tratos, injusticias, vejaciones, mentiras y olvido.
Nos encontramos también con nuevas generaciones que, desde otros espacios de
participación, fueron involucradas en dinámicas desmoralizantes, por decir lo
menos, muy ajenas todas a los principios y valores de nuestra organización.
Finalmente, en este andar que nosotros hemos llamado “Dignificar la historia”,
nos encontramos de nuevo con los primeros pueblos que nos recibieron, y su
situación y sus relatos nos llenaron de enojo y pena: comunidades abandonadas,
fragmentadas, expulsiones absurdas, pobreza, analfabetismo en casi todos los
hombres y mujeres que fueron niños en 1994, comunidades con su infancia
desnutrida y sin acceso a los más básicos servicios de salud.

Podrá usted dudar de nuestra palabra, en el mismo tenor que lo hizo el
Dr. López y Rivas. De nuestra parte sólo podemos afirmarle que hablamos con la
verdad, sin ambages. Cada elemento que aquí mencionamos tiene testimonios
reales, historias de carne y hueso con nombre y apellido. No ha sido nunca
nuestro modo mentir, ni tampoco romantizar nuestras palabras con ficciones
vanidosas. No ha sido tampoco nuestra intención, en momento alguno, perturbar
los esfuerzos del EZLN en el camino político que han decidido avanzar; hemos
hablado sobre ellos en la medida en que las circunstancias, guiadas por sus
propias decisiones, nos han obligado a marcar nuestra distancia.  

Leemos con preocupación que, por primera vez en décadas, los voceros del
EZLN afirmen: “estamos solos”. Pensamos que las causas de ello, más allá de un
entorno político adverso, tienen que ver también con el olvido del compañerismo
y la pérdida de los valores y principios en los que fueron formados sus
actuales dirigentes.

Es importante decirle que las FLN no caeremos en provocaciones, pero que
tampoco estamos dispuestos a dejarnos intimidar por nadie ni dejaremos que las
agresiones queden sin respuesta. Al contrario, en el caso de las comunidades de
Chiapas, continuaremos con nuestros proyectos mencionados, que consisten en:
tierra, techo y trabajo para todas y todos los mexicanos, que son nuestras
demandas básicas desde hace 50 años. Además, le confirmo: no cejaremos en
nuestra demanda de sacar, en forma pacífica, a las tropas del ejército mexicano
de los territorios indígenas ocupados desde 1995 y que todos hasta hoy
pretenden no observar. Le recuerdo que las FLN son la única organización que
logró desalojar, sin usar la violencia, cuarteles que ocupaba el ejército
federal en el año 2001 y lo hizo sin ceder nada a cambio. En nuestros objetivos
está lograrlo, como ya lo hemos hecho público: http://casadetodasytodos.org/comunicados/carta-publica-al-presidente-electo-andres-manuel-lopez-obrador-fuerzas-de-liberacion-nacional-f-l-n/

Por último le comunicamos, que le haremos llegar previamente el reporte de las actividades sociales que seguiremos haciendo en las comunidades en Chiapas para que esté al tanto de ellas y para informarle que, si las amenazas se materializan y agreden a los jóvenes estudiantes de arquitectura (http://casadetodasytodos.org/portada/4a-tranformacion-o-revolucion/) o las estudiantes de enfermería y alumnos pasantes de medicina que van a realizar su servicio social invitados por las FLN, para construir consultorios en proyectos de salud comunitaria integral, pues como ya lo hemos señalado, nunca hemos dejado solos ni a los compañeros, ni a los pueblos que se sumaron a nuestro llamado hace ya 50 años; nuestro compromiso fue y será estar siempre cerca de nuestro pueblo.  Las amenazas, las calumnias, las mentiras, no han surgido de nosotros.

Confiamos en usted y
en sus buenos oficios.

Siempre,

¡Vivir por la Patria o
Morir por la Libertad!

Por la Dirección
Nacional Colectiva de las FLN

Comandante Insurgente German  




¿Qué desean las mujeres?

Escrito por el Club de mujeres Aurora, de la República Popular de Donetsk.

8 de marzo, 2019.

Nos han preguntado frecuentemente por qué tenemos una
organización comunista de mujeres y por qué estamos luchando.

Aquí está nuestra respuesta.

1.  Nosotras queremos un mundo sin explotación y opresión.

Las mujeres conforman la mayoría de la población oprimida y
empobrecida. Cada día se nos roba, explota y mata. El capitalismo destruye
nuestro planeta y nos deshumaniza, convirtiendo todo en mercancía. Cultiva y
reproduce prejuicios patriarcales y impone una guerra entre sexos. Nosotras creemos
que esto debe desmantelarse y que las mujeres de la clase trabajadora deben
estar al frente de este esfuerzo.

2. Queremos poner fin a todas las guerras imperialistas, depredadoras e injustas.

La guerra exacerba la opresión y la explotación. El interés
del capitalismo está en la guerra y la regresión; nuestro interés es la paz y
el progreso. Ellos envían trabajadores a morir, conducidos por propaganda
estúpida y chovinista para que estén dispuestos a morir por los intereses del
capital, voluntariamente. Ellos mienten al hacernos creer que la mujer pude
liberarse a sí misma asesinando a sus hermanos y hermanas de clase.

Pensamos que sólo una guerra de liberación puede ser justa.

3. Queremos condiciones decentes de trabajo, ingreso digno y seguridad social.

Las mujeres están cada vez más involucradas en todos los
aspectos de la producción. Y este proceso es irreversible. Al mismo tiempo,
tenemos que proveer en el espacio familiar, cubrir los costos del nacimiento y
crianza de nuestros hijos, gastos todos que el capitalismo nos hace pagar. No
se nos permite trabajar en labores industriosas y “pesadas”, ostensiblemente
para proteger nuestra función maternal. Pero en todos los lugares del mundo,
las condiciones laborales se deterioran y se han vuelto insoportables en muchas
esferas de la producción. Nos mienten al decirnos que las nuevas formas de
empleo, como el freelance, nos traerán libertades: de hecho, estas formas sólo
traen una mayor explotación y esclavitud.

Nuestros cuerpos son vistos como bienes. Liberales de todas
las estirpes mienten al hablar de la prostitución y la maternidad surrogada
como “opciones” de la mujer. Nosotras no necesitamos un mundo en el cual la objetivación
del cuerpo es elevada a virtud, y la venta de infantes es considerada no sólo
normal, sino benéfica para las mujeres.

Nosotras creemos que el trabajo debe ser la base del
desarrollo, no sólo algo que nos mata y destruye como individuos. El trabajo nos
debiera humanizar, no convertirnos en una mera función.

4. Nosotras queremos liberarnos de la esclavitud de la cocina.

Se nos dice que las mujeres tenemos una relación de igualdad
con el hombre, y que todos nuestros problemas son tan sólo resultado de nuestra
naturaleza pecadora o nuestra poca disposición para el trabajo. Pero hacemos la
mayor parte del trabajo, sin reconocimiento. Preparamos el hogar, creamos comodidades,
criamos a los hijos – estamos directamente involucradas en la reproducción de
la fuerza de trabajo. Pero este trabajo en el hogar familiar es un círculo
vicioso. Se nos obliga a trabajar a todas un segundo turno, y a esto se le ve
como algo normal. Nos mienten cuando nos dicen que está en la naturaleza de la
mujer el cuidado del hogar.

La socialización de la vida del hogar es necesaria para nuestra
liberación.

5. Nosotras queremos una educación universal y de calidad.

No hay acceso a la educación de calidad para los hijos de
las familias de la clase trabajadora. El trabajo de las maestras es menospreciado
y mal pagado. La educación de calidad se ha convertido en una exclusividad para
la élite, y para la mayoría de las niñas y niños no hay más que una educación
de segunda.

Nos mienten cuando dicen que la mujer no puede ser una
persona plenamente desarrollada. Por ejemplo, dicen que las niñas, por su
naturaleza, no pueden aprender y dominar las ciencias.

Nosotras pensamos que es necesario cambiar radicalmente las
condiciones para que, con independencia de su género y nacionalidad, puedan
redescubrirse todas las riquezas de la cultura humana.

6. Nosotras queremos que el acceso a la salud sea una garantía social, un derecho inalienable de cada persona.

En los últimos treinta años se ha ido perdiendo la idea de
que la salud es un derecho inalienable, y ha ido ganando terreno el lugar de la
salud como un servicio sumamente caro.

Nos mienten cuando nos dicen que los servicios de calidad
son necesariamente caros. En los países donde el acceso a la salud es caro, las
mujeres mueren por abortos mal practicados en la misma proporción que en los
lugares donde el aborto es ilegal. Aún si se dice que los servicios médicos son
gratuitos, los hospitales, las clínicas y las farmacias nos quitan hasta la
camisa. Bajo el capitalismo, las enfermedades cohabitan con la pobreza y el
sufrimiento.

Nosotras creemos que todas y todos tenemos el derecho de acceder
a los servicios de salud y mantener en buen estado nuestro cuerpo.

7. Nosotras queremos que cada persona tenga una vivienda digna.

Cada día, debido a la feminización de la pobreza, cientos de
miles de mujeres en el mundo duermen en las calles. Cada día, la mayoría de las
mujeres pertenecientes a la clase trabajadora tiene miedo de perder su trabajo
y perder el techo que rentan, por el cual pagan la mayor parte de sus ingresos.
El acceso a una vivienda es uno de los principales problemas para la
emancipación de la mujer. Sin acceso a una vivienda costeable y segura, no
podemos estar seguras de tener la oportunidad de criar hijos y proteger
nuestras vidas y nuestra salud de las tiranías domésticas.

Nos mienten cuando nos dicen que las personas sin techo son
gente floja. El capitalismo nos priva a nosotras y nuestros hermanos de
vivienda y trabajo digno cada día. Se nos dice que los pobres son gente irresponsable
y que son culpables de sus propios problemas.

Nosotras pensamos que quienes se apropian de la riqueza
social son gente banal, ladrones que roban hasta el último peso de nuestra mesa.
Cada miembro de la clase trabajadora requiere de condiciones dignas de vida, y
juntas tenemos que luchar para que todas, todos, tengamos un hogar cálido,
cómodo y seguro.

8. Nosotras queremos proteger a todas y a todos de la violencia.

La mayoría de los hombres que son asesinados, mueren en la calle,
la mayoría de las mujeres que son asesinadas, muren en su casa. La violencia
doméstica se ha vuelto norma porque el capitalismo glorifica el “derecho” del
más fuerte. Nos mienten cuando nos dicen que la agresividad forma parte de la
naturaleza del hombre, por lo que las golpizas, los acosos y las violaciones
son responsabilidad de la víctima.

Las mujeres son sujetas a la violencia, incluida la violencia
sexual, en los espacios de trabajo. Esto forma parte de la operación general de
los entornos laborales. Los hombres pertenecientes a la clase trabajadora frecuentemente
actúan bajo la influencia de la ideología dominante, asociándose con sus
congéneres capitalistas, y no apoyan a sus hermanas de clase. La violencia se
vuelve un instrumento de fragmentación de la clase trabajadora. Nosotros
pensamos que esto tiene que terminar.

Nosotras no tendríamos porqué tener miedo a regresar a casa.
No tendríamos porqué temer a nuestros esposos, padres, hermanos, o a cualquier transeúnte
en una calle oscura. Nosotros no tendríamos que temer el que nuestros patrones
se sientan con el derecho de degradar nuestra dignidad. Nosotras no creemos que
los hombres en general sean animales lujuriosos. Nosotras vemos en ellos a
nuestros camaradas.

9. Nosotras queremos derechos reproductivos plenos para la mujer.

En la actualidad, todos los costos del parto y la crianza
son transferidos a nosotras. Desde el momento de la concepción, hay grandes
sacrificios en términos de salud, esfuerzo y dinero para la gestación, y el
estado capitalista se niega a asumir su responsabilidad. La mujer, como madre,
busca que de la crianza surja un persona íntegra y desarrollada, pero el entorno
sólo espera que geste fuerza de trabajo dispuesta a venderse exitosamente. Nos
mienten cuando se plantea la maternidad como un gusto y un capricho de nuestra
naturaleza, o como la garantía de una vejez acompañada y confortable. De hecho,
toda la sociedad requiere de la continuación de nuestra estirpe.

Si no queremos ser madres, somos vistas como egoístas
desvergonzadas. Si nos convertimos en madres, se nos reprocha solicitar apoyo, pues
la crianza se entiende como parte de la responsabilidad individual de la mujer.
Bajo el capitalismo, la maternidad está asociada al sufrimiento y la
abnegación. Al tener hijos, como mujeres nos tenemos que negar a nosotras
mismas, perder nuestras habilidades. Los explotadores usan esta posición
vulnerable de muchas formas. Nosotras pensamos que tenemos derecho a criar a
nuestros hijos en condiciones dignas. Reclamamos el acceso a la educación
sexual, a métodos anticonceptivos de calidad, y acceso a buenos servicios de
ginecoobstetricia. Pero nadie puede forzar la maternidad en nosotras. Requerimos,
además, acceso al aborto seguro y gratuito.

10. Nosotras queremos solidaridad internacional.

La propaganda nacionalista es una poderosa arma en contra de
la unidad de clase entre las mujeres. Una ideología de exclusividad
nacionalista y patrioterismo burgués se ha impuesto entre nosotras.

Nosotras tenemos que  apoyar a cualquier lucha contra la explotación
capitalista, la opresión patriarcal y nacional en cualquier lugar del mundo.

Tenemos los mismos intereses: El antifascismo es un asunto
común, que requiere el esfuerzo de todas y todos.

11. Nosotras queremos la plena emancipación de la mujer.  Sin mujeres libres no habrá socialismo.¡

Traducido del Ruso al Inglés por Greg Butterfield, y del inglés al español por el Grupo Editorial.




Marzo, el proyecto Na continúa

La determinación es una cualidad necesaria para quienes quieran llevar adelante las luchas necesarias para liberar a nuestros pueblos, y no hay mejor forma de acerar la determinación que llevando a cabo dichos esfuerzos. En marzo, recordamos el nacimiento de una compañera que fue maestra de varias generaciones de compañeras y compañeros, siempre adelantando la determinación y la conciencia de militantes desde los espacios en que participó; estamos hablando de la imprescindible compañera Lucha.

Dignificar la historia es, para nosotras, andar los caminos para la liberación de nuestros pueblos; es por eso que, en Marzo, teniendo presente en la memoria a nuestra compañera Lucha, refrendamos nuestra determinación de llevar adelante el proyecto Na, que busca satisfacer las necesidades históricas de los pueblos desposeídos: techo, tierra, trabajo.

Compartimos con ustedes un artículo que la compañera Lucha escribió para el periódico NUPI (Nueva Publicación Interna), la segunda generación del periódico Nepantla, en su sexto número del año 1984.

Estas han sido mis experiencias….

“Nosotros tenemos la firme convicción

 de que también la instrucción del pueblo

 debe ser dejada en manos del pueblo”

Krupskaia

“Existirá una cultura (una civilización) proletaria totalmente
 diferente a la burguesa, también en este campo serán destrozadas
 las distinciones de clase; será destrozado
 el profesionalismo burgués; existirán una poesía, una novela,
un teatro, una costumbre, una lengua, una pintura,
 una música características de la civilización proletaria,
 florecimiento y ornamento de la organización socialproletaria”.
Antonio Gramsci

No es necesario
llegar al triunfo, ni desplazar a la burguesía para seguir organizando,
basándonos en nuestras propias experiencias, nuestra escuela revolucionaria de
conocimientos básicos, históricos, políticos, sociales, técnicos y militares.
La disposición de tomar un fusil no basta. Estos conocimientos reafirmarán en
muchos de nuestros militantes, principalmente en esta etapa, la comprensión del
por qué se toma; del porqué de nuestra lucha: la lucha armada.

Me encontré
intempestivamente enfrentada a esta tarea de impartir, primero que nada,
conocimientos básicos a compañeritas hijas de campesinos.

No sin
dificultad y pérdida de tiempo empecé a observar las barreras que se me
presentaban: un deficiente e incoherente conocimiento del idioma español por
parte de las compañeritas y falta de comunicación y acercamiento entre
nosotras; barreras éstas, que por supuesto en todo momento, estancan el avance
de nuestra lucha y tenemos que derribarlas. La primera, no como lo hace la
burguesía con su afán de agredir y menoscabar las culturas que aún quedan en
nuestra patria, sino con nuestro gran deseo de fomentar el orgullo de los
compañeros campesinos de hablar sus lenguas y, si el tiempo lo permite
aprenderlos nosotros, pero el que por ahora todos nos preocupamos con comunicarnos
con un solo idioma, que es el español, significa mejor entendimiento entre
nosotros y unidad en nuestra lucha.

La barrera de la
comunicación nos impide apreciaciones como la de que la conciencia de la
mayoría de los compañeros campesinos se estrecha a sus colonias, a que sólo ahí
existen las calamidades propias del sistema capitalista, entre muchas otras,
enfermedades, desnutrición, falta de recursos económicos y otros terribles
males sociales, como el alcoholismo, la prostitución, y  sobre todo, humillación y sometimiento de la
mujer. Por ello, una de las necesidades de nuestra escuela revolucionaria,
metodizada de tal manera que vincule a nuestros cuadros campesinos a una
concepción nacional de la lucha, y a extender la enseñanza a sus lugares de
origen.

En mi
experiencia, en cuanto a la falta de acercamiento, obtuve la certeza de que
puede presentársenos a todos, en la medida en que nosotros, militantes obreros,
campesinos y en general mestizos provenientes de diversos estratos sociales, no
nos despojemos de aquello que nos estorbe, para un mutuo y verdadero
asimilamiento que debemos fundirlo en un todo homogéneo, armónico, que
incorporemos a las tareas revolucionarias. Esta es una de las claves que
descubrí para un efectivo compañerismo y éxito en cada paso hacia nuestra meta.

Si tomamos
conciencia de lo anterior, principalmente nosotros, mestizos, podremos lograr,
no sólo en el aspecto de la enseñanza, el acercamiento efectivo hacia nuestros
compañeros campesinos, sino desarraigar de nosotros el inconsciente y pedante
paternalismo. Lo contrario significa negar nuestra historia, negar sobre todo,
no sin ridiculez, nuestra sangre indígena, nuestro origen indígena.

Vencidos los
obstáculos de la comunicación y el acercamiento, me di a la tarea, nada
sencilla, de enseñar el idioma primero que nada, pero tampoco requirió que
fuera maestra recibida, ni estar graduada en pedagogía o en didáctica, claro,
mucho mejor si se tienen éstos conocimientos y se ponen al servicio de la
revolución. A falta de éstos, hube de aplicar mi sentido común para resolver
los problemas de comunicación de nuestras compañeras campesinas. La respuesta
fue que si hablaban incoherentemente, así entendían y escribían lo que
intentaba yo, que aprendieran.

De tal manera,
partí de lo fundamental: de la dificultad de las compañeras campesinas para
distinguir si los sustantivos eran masculinos o femeninos, y por tanto,
ignoraban cómo aplicar todos los artículos y todos los adjetivos singulares y
plurales, masculinos y femeninos, pues es muy común escuchar de los compañeros,
que aún no estudian español, expresiones como: “éste casa feos”.

Antes de
principiar mi modesto curso, tuve que establecer algunas diferencias entre los
alumnos que hablan español y las compañeras campesinas. La formación de los
primeros, en cuanto a atención hacia sus maestros, comienza en sus primeros
años escolares, pero si los resultados no son óptimos, debido a los grandes
problemas sociales en que se encuentra inmersa la infancia, esto no tiene la
menor importancia para el sistema burocrático. Nuestros compañeros campesinos,
carecen definitivamente de formación escolar, pero como nosotros tenemos que
obtener resultados rápidos y positivos, encontré conveniente mantener su
atención, que al principio se dispersaba a todo tipo de problemas, mediante una
enseñanza activa, dinámica, en la que trabajando en equipo participaran no sólo
en aprender, sino también en enseñar.

El material
didáctico no fue motivo de preocupación, puesto que en su mayoría las
compañeras mostraron gran habilidad para el dibujo y para manejar colores
festivos y llamativos, ellas mismos lo crearon, lo que les propició mayor
interés en aprender. Empezaron por dibujar una buena cantidad de objetos que le
sirvieron como sujeto de sus ideas.

En equipo, pero
a la vez individualmente, empecé porque cada alumna hiciera una lista de 25
objetos conocidos por ellas. Desecharon los repetidos y procedieron a dibujar
en la mitad de una hoja el singular del objeto y en la otra mitad el plural del
mismo y por un método repetitivamente oral y después por escrito, en sus
cuadernos cada alumna le va colocando paulatinamente todo tipo de artículos y
adjetivos. Con ello el equipo aprendió a distinguir la concordancia entre éstos
elementos, y además que los sujetos de una idea (ya para entonces les había
dado a conocer el término enunciado) son de dos tipos: los que no se mueven, o
sea las cosas que “son o están” y empezaron a manejar unidos a los respectivos
verbos en presente indicativo, y los que se mueven en el tiempo y en el espacio,
porque tienen vida, explicándoles de manera sencilla el significado de éstos
conceptos, lo que les ayudó posteriormente a entender sus conjugaciones.

Una vez dominada
la práctica anterior, que duró aproximadamente 20 días, por la gran cantidad de
sustantivos manejados por ellas, incluyendo ya muchos abstractos, enseñé a las
compañeras a desenvolverse en el lenguaje hablado, en lo cual fueron muchas las
dificultades a vencer, desde ayudarles a vencer su miedo y su vergüenza. Lo que
les ayudó más en esto, fue pasar de lleno a la conjugación de varios verbos,
sobre todo de los auxiliares y de aquellos que a las compañeras les es difícil
manejar, como son los reflexivos y recíprocos. Para ello les expliqué el
infinitivo y sus terminaciones, para que entendieran la primera, la segunda y
la tercera conjugación, y que tres son los modos más importantes para
expresarnos en español: modo indicativo, modo subjuntivo y modo imperativo. Los
dos primeros con sus tiempos simples y compuestos.

Algo
sencillísimo para motivarlas en ésta práctica, fue la feliz idea de
desbaratarles en dos el concepto “conjugar”, “jugar con”, demostrándoles que se
jugaba con los verbos y casi por si mismas las compañeras iban conjugando los
verbos en todos los tiempos y modos, agregando pequeños complementos en los que
empezaron a conocer otra buena parte de elementos gramaticales, como son
preposiciones, conjunciones y adverbios, pero lo que me dio gran resultado para
jalar a las “atrasadas”, fue la enseñanza de las declinaciones del sustantivo.
Las dominaron y reconozco su sorprendente habilidad para organizar sus enunciados,
utilizando todos los casos. Y se llenaron de orgullo al descubrir que en su
lengua existe el caso vocativo.

Cuando las
compañeras llegaron a su tercer año de primaria, empecé a profundizar más en la
enseñanza del idioma español, y en cuanto al contenido de esos textos, sobre
todo en ciencias sociales, les mostré las mentiras a las que recurre el sistema
para formar ciudadanos conformistas y ponerlos a su servicio.

No sin emoción,
se da uno cuenta que los compañeras, ya cuando avanzaron en lo que corresponde
a su tercer año, pueden entender todas sus lecciones y explicar con claridad lo
entendido mediante dibujos en el pizarrón, comprenden también, textos
revolucionarios que aparentemente serían complicados para ellas y ya pueden
dirigir en el aprendizaje del español a otros compañeros campesinos. De esto
último me quedé sorprendida cuando dos compañeras, una de ella de 12 años,
empezó a ayudarme en ésta tarea. Para ello, encaucé a sus compañeras hacia el
respeto a ella y a prestarle toda su atención, demostrándoles que no solo los
de habla hispana tenemos capacidad para enseñar, sino también las compañeras
que hablan lenguas indígenas.

Aparte de la
práctica que va uno adquiriendo en la enseñanza, lo que en definitiva ayudará
aún más a reducir ésta etapa a cinco meses, es el ir descubriendo la capacidad
de las compañeras, para dilucidar en cada tema de su aprendizaje. Esto pude
apreciarlo cuando les enseñé palabras primitivas y derivadas (excluyendo los
términos de lexemas y gramemas), comparando las primeras con la raíz de una
planta que les dibujaba en el pizarrón, de la cual emergían los tallos que iba
comparando con las palabras derivadas. Para mi sorpresa, cuando las compañeras
empezaron a leer textos complicados, ésta práctica les ayudó para localizar con
habilidad significados de palabras nuevas. También recuerdo que al enseñarle
los adverbios terminados en “mente”, los iban reproduciendo uno tras otro con
gran rapidez, no así los adverbios de modo que se forman con el gerundio, lo
cual fue algo difícil para ellas.

De mis
experiencias he concluido, que las compañeras o compañeros que hablan lengua
indígena, con que sepan un poquito de español, es decir, casi nada, pero que
diferencien la mayor parte de los sonidos del idioma y puedan transmitirlos al
papel, habrán terminado bien su primaria en el transcurso de 10 a 12 meses,
produciendo ellos mismos su material didáctico con cartulina o plastilina, para
lo cual, como dije antes, son muy hábiles. También tengo la seguridad de que en
otro año más, terminarán las asignaturas de secundaria que sean útiles a la
revolución, quizá historia, geografía, matemáticas, física, química, etc…

Y a propósito de
fonética, no tuve necesidad de un texto especial y los problemas de
pronunciación que creo, no tienen en sus lenguas, como son los de la p, f, d, l
y r, quedan resueltos en el transcurso del aprendizaje del español, mediante el
método de forzar a los alumnos en las practicas orales a hablar fuerte, a no
trabar las palabras, a abrir la boca lo más grande que puedan, echando fuera
los sonidos y principalmente a olvidarse en esos momentos de los de sus
lenguas.

Al cuarto mes
aproximadamente de darles clases, una de mis alumnas recibió dos cartas: una
provenía de un vecino que cursaba su segundo grado de secundaria. Francamente
escribía mejor mi alumna más atrasada. La otra carta era la de un compañerito
de habla hispana, la carta no pasaba de 10 renglones con 12 faltas de
ortografía y demás. La primera, mi alumna la contestó diciéndole a su
enamorado, que si fuera su maestra, lo bajaría a primer año de primaria y que
mejor se pusiera a estudiar y no la anduviera molestando con sus tontas cartas
que no tenían ni patas ni cabeza.  Frente
a la otra, sólo mostró un gesto de decepción aunque apreció sus conceptos
revolucionarios.

Decía Makareko,
que un maestro es maestro, hasta después de 5 años de dedicarse de lleno a su
profesión. Ello no ocurrirá, si todos los que ya obtuvimos experiencia en la
enseñanza de cualquier materia, nos reunimos para discutirlas y ahora sí, se
elabora un programa netamente revolucionario. Ahora sí podemos organizarlo con
la didáctica y pedagogía descubiertas por nosotros en nuestras experiencias.

En  mi opinión, sería conveniente que en la
enseñanza del idioma fuera la base de la estructura del programa. A ésta se
incorporaría una buena cantidad de conocimientos básicos y revolucionarios que
se irían dosificando paulatinamente junto con el lenguaje común y corriente que
no debemos despreciar y que es necesario que los alumnos manejen. Un trabajo de
conjunto para elaborar nuestro programa revolucionario nos ayudará a salvar
gran parte de los escollos que representa un programa elaborado
individualmente.

Como se ve, ya
estamos en condiciones de organizar bien nuestra escuela, pero sin que llegue
oportunamente la ayuda de nuestros colaboradores y militantes de la zona en que
se encuentre la escuela, se hace difícil convertirlo en realidad. Los gastos de
material escolar son fuertes. Las carencias de éste se me presentaron y a mis
alumnas a duras penas podía instruirlas en la organización de sus apuntes, pues
a menudo teníamos que disponer del cuaderno que no correspondía.

En los momentos
en que, aparte de todo las frecuentes inflaciones nos iban sorprendiendo, la
alimentación de mis alumnas tuvo que reducirse a lo indispensable para
subsistir. Todas resistimos, pero el rendimiento en el aprendizaje lógicamente
decayó. Estas han sido mis experiencias en dos grupos experimentales. En  el último permanecí justos cuatro meses, de
junio a octubre de 1984.

¡Vivir por la patria! o ¡Morir por la libertad!

Grupo Editorial de la Casa de todas y todos