Registro fotográfico de la celebración del Bicentenario de Xavier Mina en Otano

La participación de compañeras y compañeros hicieron posible el homenaje al héroe Navarro-Mexicano, Xabier Mina, en Otano. Es con la colocación del monolito, incrustado con la placa que el pueblo mexicano hace al guerrillero internacionalista, Xavier Mina, agradeciendo su valentía por hacer la lucha de liberación y dar su vida por el pueblo mexicano, así como también, llevar a cabo la celebración del bicentenario, reuniéndose las familias de Otano para recuperar la historia y figura de  Xavier Mina para su pueblo y los pueblos del mundo.

Les mostramos una galería fotográfica del recorrido por la casa de Xavier Mina, que en 1998 fue derruida y de la celebración del bicentenario de Xavier Mina, organizado por el Comité de Otano.

 

Familias de Otano reunidas para la colocación de monolito.

Develar de monolito en Otano.

Lectura de mensaje enviado por la Casa de Todas y Todos.

Celebración del bicentenario en Otano.

Baile en la celebración de bicentenario.

Comité de Otano en monolito en honor a Xavier Mina.

Casa de Xavier Mina

Demolición de Casa de Xavier Mina

Acceso trasero a la casa de Xavier Mina

Cobertizos de la casa de Xavier Mina.




Candidaturas independientes y cuentas pendientes.

Corresponsalía de Dalia.

El anuncio por parte del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en conjunto con el Congreso Nacional Indígena (CNI), realizado el año pasado, en torno a la formación de un Concejo Indígena de Gobierno, y la postulación de una candidata-vocera, indígena, mujer, para la presidencia de la República en las elecciones del próximo año causó revuelo entre la base política que durante cerca de dos décadas siguió los pasos del EZLN y participó en sus convocatorias. La iniciativa, concretada en la candidatura de María de Jesús Patricio, fue anunciada como una ofensiva de la movilización popular en contra del sistema capitalista en México. Los aplausos y las críticas no se hicieron esperar. Las plumas amigas encontraron en ella toda virtud posible, y han sido pocos los espacios donde se han planteado cuestionamientos a la misma. Luego de un año de su anuncio, se puede hacer un análisis crítico de la propuesta; parece ser, no sólo pertinente, sino necesario.

La socio-demografía en nuestro país se ha basado principalmente en dos criterios para “identificar y reconocer” a la población indígena, el lingüístico y el de auto adscripción, binomio al que se le ha sumado la variable de territorio, para poder trazar e implementar infinidad de programas sociales, políticas públicas y políticas en materia electoral.
En la última Encuesta Intercensal del INEGI (2015), a partir del criterio de hogar indígena, se contabilizaron 12 millones 25 mil 947 personas, lo cual representaría poco más del 10% total de la población nacional; a diferencia de la población que habita en las ciudades donde cada vez hay menos niños y más adultos, la población indígena en nuestro país crece año tras año: 8,667, 692 (1990), 10,220, 862 (2000) y 11,132, 562 (2010), es una población joven, mayoritariamente femenina, de alta movilidad y todavía más alta marginalidad.

A inicios de los años noventa la política y la acción gubernamental en México transitaron al modelo multicultural, ese que reconoce la diferencia y admite que no se pueden esencializar las identidades culturales. Esta transición se plasmó a nivel constitucional al modificar el artículo segundo y el cuarto, reconociendo el carácter pluricultural de la nación. La inserción del modelo multicultural en los “gobiernos democráticos”, se vio reflejado en la política de estado, en la distribución del poder y del presupuesto, afectando a todos los niveles de gobierno desde lo municipal hasta lo federal. A la par de esto fue que se “caminó hacia la democratización del sistema político-electoral mexicano”.

En 2004, tardíamente pero aún en este contexto, de acuerdo a las nuevas atribuciones en materia de geografía y distritación electoral, el entonces Instituto Federal Electoral (IFE, ahora INE) junto con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), realizó una redistritación incorporando criterios constitucionales como identidad y cultura. Dando como resultado 300 distritos electorales, de los cuales 28 fueron considerados oficialmente de mayoría indígena, esto es, regiones en las que por lo menos el 40% de sus pobladores son hablantes de una lengua indígena.

Uno de los problemas de esta caracterización, en materia de representatividad, es que no incluye a todos los pueblos indígenas del país, pues sólo contempla a 25 de ellos y deja fuera a 43. Sin embargo, cabe resaltar, que esos 25 pueblos contenidos representan poco más del 50% de la población indígena del país. Los 28 distritos electorales de mayoría indígena están dispersos en nueve estados: Chiapas (5), Guerrero (2), Hidalgo (2), Oaxaca (7), Puebla (4), Quintana Roo (1), San Luis Potosí (1), Veracruz (3) y Yucatán (3).

En 2012, tras siete años de esta redistritación electoral, además de distintos planes de desarrollo, de educación cívica y políticas públicas específicas para esas regiones, la participación ciudadana en estos distritos de mayoría indígena, fue considerablemente superior a la media nacional; en ellos aumentó el índice de participación de mujeres indígenas votantes así como funcionarias de casilla, auxiliares, promotoras de voto, e incluso de candidaturas indígenas a elección popular. Esto no es necesariamente un logro derivado de la conciencia cívica ciudadana, esto es un mecanismo planeado por el Estado e implementado a través del INE, que ha impuesto la credencial de elector como requisito indispensable para brindar servicios y derechos que por ley corresponden a la población indígena: sin credencial de elector no los dan de alta en el sistema de salud, no se pueden casar, no pueden heredar, no pueden registrar a sus hijos, no los pueden inscribir en las escuelas, no pueden ir a las ciudades a cobrar el dinero que sus familias les envían, no pueden ser registrados como comuneros en los censos del Registro Agrario Nacional, y un largo etcétera.

De un sinfín de formas, el Estado mexicano se ha servido de la diferencia cultural, la marginación y la categoría de género como motores transformadores de la cultura política comunitaria y nacional, con el objetivo de fortalecer su presencia institucional en regiones previamente fuera de su alcance.

Es en aras de este México “democrático e incluyente”, que las instituciones electorales cambian de nombre, de reglas y de atribuciones; es este un país que no sólo presume la alternancia electoral y el pluripartidismo, ahora también se adorna de candidaturas independientes.

Como sabemos, uno de los requisitos para los candidatos independientes es recolectar las firmas del 1% de la lista nominal, equivalente a 866 mil 593 personas, las cuales deberán estar distribuidas en al menos 17 entidades del país.

Con el debido registro ante el INE, María de Jesús Patricio Martínez (Marichuy), indígena nahua de Jalisco, oficializó su candidatura independiente a la presidencia de la república; respaldada por el EZLN y el Congreso Nacional Indígena, una con estructura militar y otra civil, las dos portando lo Nacional en sus siglas, apelan a la solidaridad de la sociedad civil haciendo uso de la diferencia cultural, la marginación y la categoría de género en su discurso político. Para llevar a cabo este proceso de recabar firmas se han dado de alta –a la fecha en que este documento es escrito- 7,305 auxiliares y han alcanzado el 8.1% del total de lo solicitado.

Creemos que el avance logrado luego de más de un mes de recolección de firmas, ya puede ir dibujando si el resultado será favorable o no, aventurándonos a comparar este proceso político con dos momentos previos de la movilización zapatista e indígena en el contexto nacional. Los resultados son dignos de preocupación.

El 21 de Marzo de 1999 el EZLN impulso la llamada Consulta nacional para el reconocimiento de los derechos de los pueblos indios y por el fin de la guerra de exterminio, en una jornada simultánea a lo largo del país. Se dijo entonces: “la consulta se hará por el método de votación en las urnas en las zonas urbanas y rurales, y por el método de usos y costumbres en las comunidades indígenas y rurales del país que así lo decidan”. Se formaron brigadas de promoción y difusión de la consulta, salieron cinco mil delegados y delegadas zapatistas, con recursos propios se instalaron miles de urnas en todo el territorio nacional y se logró la participación de 2 millones 854 mil mexicanos.

El 1° de Enero de 2006 dio inicio La Otra Campaña, que recorrió el país entero. Durante la primera etapa de la misma se realizaron 402 reuniones (entre públicas y privadas), 17 marchas y 16 mítines, en la segunda etapa de LOC se realizaron 32 reuniones con pueblos indios del norte y occidente, ejidatarios, pescadores y sindicalistas.

Hace once años, con La Otra Campaña, el EZLN le apostó a una iniciativa civil y política que se desmarcaba del sistema político electoral del Estado, -señalando de una manera mejor lograda a lo que se intenta visualizar hoy con sus denuncias al INE-, el carácter antidemocrático y discriminatorio del sistema electoral. Esa Otra Campaña de la que hablamos, logró a partir de la organización y la solidaridad de mucha gente trazar una radiografía de la situacional nacional.

Todos aquellos que asistieron a alguna reunión o participaron en alguna de las concentraciones políticas de esa gran movilización nacional, podrán dimensionar el eco que tuvo en sus regiones. A nivel local es más fácil saber qué paso a lo largo de estos once años con todos aquellos colectivos que se organizaron en torno a esa convocatoria, si desaparecieron o crecieron, si siguieron trabajando más allá de los líderes y de las coyunturas políticas. ¿Qué pasaría si hoy en día una campaña política desde la oficialidad del sistema político electoral nos convoca?, ¿Seríamos los mismos o seríamos otros?, ¿Seríamos menos o más? ¿Se daría entrada a esos políticos que en su momento traicionaron, -activa o pasivamente-, los Acuerdos de San Andrés Larrainzar?

En un momento como el actual, en que una de las construcciones políticas populares que durante dos décadas ha marcado el derrotero para llevar adelante la lucha en contra de los efectos del capitalismo, convoca a la organización desde la participación en la política electoral, sería conveniente hacer un ejercicio de autocrítica (individual, colectiva, organizativa) entre quienes participamos en su convocatoria anterior, La Otra Campaña, y valorar si supimos hacernos responsables de todas aquellas realidades observadas y escuchadas a lo largo de varios meses. ¿En qué devino el esfuerzo vertido?, ¿Se tradujo únicamente en capital político para el convocante? Esta valoración se tendría que dar entre quienes aún se reconocen como compañeros y entre quienes dejaron de identificarse como tales. Es sumamente contradictorio que, por un lado, se enaltezca la rendición de cuentas como un elemento básico de un Buen Gobierno, y que por otro, se omita una valoración real de qué fue lo que pasó con todo ese esfuerzo y trabajo a nivel nacional, y sin más, se convoque años después a una nueva iniciativa política que, en definitiva, no concuerda con el sentido de los pasos que durante años se invitó a dar. En estas importantes omisiones, quizá, radica una de las flaquezas más apremiantes de la actual iniciativa, que conforme pasan los días simplemente no parece despegar.

La Otra Campaña, convocada por el EZLN – CNI, al igual que ahora el CIG y su vocera, tienen varios elementos en común, nos centramos en uno, las dos propuestas le estarían apostando a la organización de la gente, “de los dolores, de las rabias, los despojos y de las injusticias”.

Sólo que hoy en día nos encontramos ante una propuesta política con un discurso tan purista que sus críticos no pueden ser otra cosa que machistas o racistas, un discurso que apela a la categoría de género conjugada con determinadas condiciones sociales como garante de la viabilidad y representatividad. Un discurso que no argumenta o explica la continuidad con sus propuestas anteriores, un discurso que al más estilo de la criptografía y la fantasía “sólo algunos lo pueden entender” y quienes no lo entienden es porque “no saben leer”, un discurso que no se sustenta en una estructura organizativa, ni en el trabajo político previamente realizado, porque de ser así ese México de abajo y a la izquierda que a lo largo de todas estas décadas, los apoyó y acompañó en cada una de las iniciativas lanzadas, se habría sentido convocado y ya tendrían las firmas de más del 1% de la lista nominal. Lastimeramente, la candidatura independiente del EZLN y el CNI se disputa el quinto lugar en la recolección de firmas, con un locutor de radio de cuestionable popularidad.

Saquemos cuentas y cuestionemos, ¿por qué el Estado Mexicano a través de políticas públicas y electorales, programas de educación cívica y asistencia social, a través del registro civil, así como del reconocimiento de tierras, etc., ha impulsado el proceso de credencialización y engordado año tras año la lista nominal?, ¿para decir que todos los mexicanos somos iguales?, ¿para garantizar los derechos ciudadanos y la participación en la elección de nuestros gobernantes?, ¿para lograr una equidad de género?. El impulso a la inserción ciudadana de sectores poblacionales anteriormente marginados de la institucionalidad democrática tiene como objetivo el fortalecimiento del Estado, que se sabe poseedor de los instrumentos suficientes para hacer de esa ciudadanización un elemento central del control social. A fin de cuentas, esas instituciones que en palabras de los intelectuales que hacen suya la propuesta del EZLN-CNI, ponen “obstáculos, sabotajes y desiguales condiciones, propios del racismo estructural que permea las instituciones del Estado mexicano”, son las mismas que en últimas fechas han abierto la posibilidad de que se entreguen firmas en papel en prácticamente cualquier lugar donde la aplicación digital no funcione, no sólo en los 283 municipios de alta marginalidad previamente aceptados. Hay señales claras de que al sistema político-electoral mexicano le interesa disolver o saltar los obstáculos propios de la innegable desigualdad y el racismo estructural de las instituciones… para fortalecerlas. Y en mayor o menor medida, las candidaturas independientes, parecen estar haciendo una labor favorable a ello.

El problema de fondo para esta candidatura independiente no son los recursos, ni la tecnología, ni la posibilidad de usar el papel o el celular, su principal obstáculo es la falta de organización y trabajo político que los convocantes tienen no sólo en las ciudades, también en aquellos municipios catalogados como “de alta complejidad”, esos de difícil acceso, donde no hay luz, ni señal de internet, esos donde las dinámicas sociopolíticas de las comunidades indígenas han sido trastocadas por el Estado, dividiendo a los pueblos y anteponiendo el beneficio individual al colectivo.




Diciembre, por el fin de lo aciago, ¡a organizarnos!

El último mes de un año que pasará a la historia como uno de los más convulsos en la historia reciente de México. 2017 se va con el mayor número de homicidios dolosos de entre los últimos 20 años; se va además con el dolor provocado por la destrucción de miles de hogares en las zonas afectadas por los sismos de septiembre pasado. Se va como el año en que murieron Lesvy, Valeria, Mara, Jessica, Anayetzin, y cientos de mujeres más, por el hecho de ser mujeres. Termina, y se lleva consigo los nombres de Cecilio Pineda, Miroslava Breach, Maximino Rodríguez, Javier Valdés, Salvador Adame, y otros varios reporteros y periodistas que han sido asesinados por cumplir con la importante labor de hacer pública la verdad. Termina 2017 por fin, un año aciago, producto de tiempos críticos en nuestra historia.

Visto en perspectiva, podría decirse que los sucesos desencadenados en este año forman parte de un proceso de amplio alcance, que cada vez se alcanza a dibujar con mayor claridad: la transformación del Estado mexicano, que de forma acelerada en este último sexenio ha concretado su distanciamiento jurídico -mediante las llamadas reformas estructurales- del acuerdo social del cual surgió. No se trata aquí de añorar la vieja forma del Estado mexicano, y pedir por su regreso. Se trata en todo caso de entender que ese viejo Estado surgió de un proceso revolucionario –interrumpido- que si bien no logró concretar las aspiraciones más altas de esa lucha, reflejó un acuerdo social que otorgaba a los trabajadores del campo y la ciudad derechos, recursos y posibilidades que han sido cercenadas por medio de la fuerza a lo largo de los años, y de forma acelerada en estos últimos.

En este mismo camino, comienza diciembre con la aprobación en el poder legislativo de la Ley de Seguridad Interna (LSI), que da certeza jurídica a las acciones que anteriormente el Estado mexicano habría realizado de forma extrajudicial, dando incluso un mayor margen de maniobra al uso de las fuerzas armadas como elemento de control ciudadano ante supuestas (y vagamente definidas) amenazas a la seguridad interior. Esta ley respondería a los retos surgidos de la “guerra contra el narcotráfico”. Muchos aspectos de ésta responden a la confrontación entre grupos fácticos, algunos de ellos vinculados directamente a espacios de poder Estatal, por el control territorial de nuestro país. Pero más allá de esta pugna intestina, el incremento de la violencia en el país en los últimos sexenios ha demostrado ser un vehículo eficaz para el despojo y la eliminación de derechos sociales en beneficio del libre mercado y el desarrollo irrestricto del capital en México.

Los márgenes de participación ciudadana que este nuevo Estado ofrece al pueblo de México son claramente insuficientes para una transformación a fondo. No importa que el Estado mismo reconozca que en los últimos años se han dado 31,968 desapariciones plenamente identificadas. No importa que desde espacios académicos, organizaciones no gubernamentales, organizaciones sociales y políticas, haya un claro y justificado escepticismo sobre el proceder de las instituciones estatales en su conjunto, y un marcado consenso sobre su cuestionable o nula eficiencia, sobre su manifiesta corrupción. No importa que los procesos electorales en nuestro país tengan la indeleble huella del fraude. No importa que se hayan repetido, una y otra vez, cada que se nombra Ayotzinapa, Tlatlaya, Nochixstlan, las dolorosas palabras “Fue el Estado”. Más allá de todo ello, en la práctica, el conjunto de las fuerzas políticas y sociales, siguen accediendo a los espacios de “construcción” democrática que el Estado ofrece. Este nuevo Estado, que con una mano te mata, y con la otra recibe a tus deudos, parece hoy contar con la anuencia práctica de las fuerzas que, por sus propios intereses, tendrían que oponérsele.

Efemérides.

Recordamos este diciembre a la compañera Murcia (desaparecida política), a la compañera Rosita (cuyas cenizas fueron arrojadas a la Laguna del Ocotal a petición propia), y al compañero Teodoro, “Pacha” (fundador de nuestra Organización asesinado en Cárdenas, Tabasco). No los olvidamos. No les fallaremos.
Cerramos, además, el año del Bicentenario de Xavier Mina, a quien a lo largo de este año de su muerte, hemos recordado junto con el pueblo Navarro.




Entre Gertrudes e Isabel.

(Foto 1. En 1978 la compañera se incorpora a las FLN y se especializa en aprender medicina y salud pública al servicio de nuestro pueblo).

En México de cariño nos gusta hacer apócopes con los nombres propios, de esa manera nombramos a las Gertrudes, Tules, y a las Isabeles, Chabelas, los días 16 y 17 de noviembre las Santas Tules y Chabela vieron caer la tarde y el amanecer de una esperanza para nuestra Patria, México. Un grupo de mexicanos y una mexicana, culminaban un deber que habían jurado cumplir, lo cual puede parecer sencillo, pero ese era sólo el comienzo. Había costado vidas lograr ese primer resultado, habíamos aplicado una política humanista, acorde a los principios que nuestro pueblo entiende y respeta; No mentir, No ofender, No abusar de nadie, y menos de las mujeres y los niños, respetarnos como hermanos, o sea hijos de una misma madre, que es nuestra tierra mexicana, donde todos somos sus hijos; por eso nos decimos Manos, (hermanos) o “manitos” de cariño. De ahí en adelante se incrementaron los trabajos, para tratar de resolver un problema ancestral: acabar con la dictadura de un partido político cuyo actuar sólo conoce la violencia, apoyado por el siempre presente imperialismo.

Foto 2. En 1985, maestras y alumnas junto al Compañero representante de la Dirección Nacional en Jornadas de Obreros y Campesinos.

No nos hemos fatigado en esta marcha junto a nuestro pueblo. Los primeros en llegar a apoyar con sus conocimientos a los mexicanos que luchan, fueron los maestros y los compañeros encargados de nuestra salud. Nos habíamos preparado durante años para esos trabajos, en una labor conjunta, que José Martí definió como: Fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas, eso para nosotros es ¡Vivir por la Patria!, lo demás es sólo palabrería hueca,y aún queda mucho por hacer. Los partidos políticos corruptos son muchos más ahora, el imperialismo existe y participa solventando los pagos a los planes militares que perjudican a nuestro pueblo. No podemos cerrar los ojos. Ante esta realidad debemos ser consecuentes con nuestra práctica política, no engañar, no claudicar. Nuestro pueblo lo sabe y sólo espera quien lo abandere: no hacen falta prohombres, solo mujeres y hombres conscientes, y con una moral a toda prueba, sin hacer distinción de géneros, edades, condición económica, ni prejuicios raciales, somos solo seres humanos, no más, ni menos que eso, y desde el 17 de noviembre de 1983: COMPAÑEROS de lucha.

En este aniversario de la creación del EZLN felicitamos a nuestro pueblo por iniciar esta lucha.

¡VIVIR POR LA PATRIA! O ¡MORIR POR LA LIBERTAD!

17 de noviembre de 2017




Audiencia ante la CIDH del caso de Tortura sexual en San Salvador Ateco, el 3 y 4 de mayo 2006.

Compañeras y compañeros:

Dejamos aquí la transmisión en vivo de la audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por parte de 5 compañeras – de 11 demandantes – que sufrieron Tortura sexual por parte de elementos de diversas corporaciones policíacas del Estado Mexicano, un caso paradigmático de su criminalidad contra quienes se levantan para combatir la injusticia. No olvidamos lo sucedido, no olvidamos el motivo que llevó a muchas de estas valientes compañeras a estar presentes en San Salvado Atenco el 3 y 4 de mayo de 2006.

Nuestro respeto e irrestricto respaldo a estas dignas y valintes compañeras.
Nuestra memoria a los compañeros caídos, presos, torturados, en esas amargas jornadas de lucha.

¡Ni perdón, ni olvido!

¡Justicia!

Aquí, la página del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez A.C.

Aquí, la transmisión en vivo.




Artículo enviado por Jesús Valencia de la organización internacionalista Askapena

DOS GIGANTES

Aquel 11 de noviembre de 1817, la noche cubría la extensa planicie del Valle de Elorz. Al cálido cobijo de los fuegos familiares, se mantenía viva la memoria de un paisano singular. Xavier Mina, tras combatir en Navarra al imperialismo francés,  había viajado a las Américas para apoyar la independencia de otras gentes. Referencia vaga de una geografía que a sus paisanos les venía grande pero que se sustanciaba en lo fundamental. Los pobladores de aquellas aldeas, tardaron  mucho en saber lo que estaba sucediendo a la misma hora en el fuerte de Los Remedios.

Capturado Mina por los realistas el 28 de octubre, fue tratado como trofeo de guerra. Para escarnio nuestro, fue un tal Orrantia quien dirigió su captura y un  virrey Apodaca quien firmó la sentencia de muerte; la eterna ruindad de los adscritos al imperio, perseguidores implacables de sus paisanos para así complacer a sus dueños.  Mina tuvo tiempo de despedirse en euskera de los navarros que participaban en la misma expedición. En sus últimos mensajes reafirma la decisión tomada y confía que la historia no se detendrá. Texto que rezuma nostalgia y que, aun sin citarlo, insinúa el recuerdo entrañable de la tierra en la que nació.

Siglo y medio más tarde, otro puñado de valientes también se hizo a la mar arrastrado por vientos libertarios: la primera y la segunda independencia.  Los barcos que utilizaron- el Caledonia antes o el Gramma después-  quedaron en el litoral; sus ocupantes se internaron, revolución adentro, en las tierras que querían liberar. En ambos grupos, dos internacionalistas apasionados y jóvenes: Mina y el Che; dos biografías diferentes con algunos matices comunes. Empeñados ambos en abrir caminos al futuro, pusieron  sus vidas al servicio de pueblos oprimidos y ajenos que hicieron suyos. Maldecidos por quienes repudiaban su presencia y denigraban su solidaridad. Clandestinos taladradores de fronteras para poder encontrarse con las gentes a las que apoyaban. Alzados en armas sin la fiereza militarista de los guerreros. Humanistas empeñados en que no se derramase una sola gota de sangre innecesaria; esmeradamente  éticos hasta en el fragor del combate. Tan convencidos de las ideas revolucionarias, que intentaron  seducir con ellas hasta a los soldados que les acosaban. Sensibles a los encantos del  amor  pero dispuestos a sacrificarlo en aras de la causa a la que servían.

Ambos fueron detenidos cuando militarmente parecían derrotados. El imperialismo los ejecutó con saña queriendo dejar constancia de que la libertad que defendían era inviable. Ocultó sus cuerpos con la esperanza  de que también quedaría sumergida en el olvido la causa por la que  habían luchado. Sus verdugos se equivocaron; las ejecuciones otoñales de Mina y  Che provocaron esplendorosas primaveras. En el reciente mes de octubre,   ambos internacionalistas han sido  honrados  por las naciones a cuya causa se entregaron. Evo Morales, presente en el campamento multitudinario de Valle Grande, agradeció a Che su aportación al pueblo boliviano. El Museo Nacional de  Historia, ubicado en el castillo de Chapultepec, fue el escenario mexicano del Congreso Internacional  que glosó la figura de Mina. Por lo que respecta al pueblo llano, a los dos les concedió categoría de gigantes  desde el  día mismo de su ejecución. Quienes limpiaban el cadáver del argentino, guardaron mechones de su cabello como  si de reliquias se tratara. Por lo que respecta al navarro, el imaginario popular también lo elevó al rango de mito componiéndole canciones y fabulando relatos. Material que ha recogido y acaba de publicar Kepa Larrea bajo el título: “Biba Mina. Kontuak eta Kantuak”.

El 11 de Noviembre, la Navarra reivindicativa  rendirá homenaje a Mina en su pueblo natal. Aunque sea con retraso, el acto dará cumplimiento a las palabras que Neruda, en su Canto General, le dedicara al de Otano: “Las hondonadas de Navarra guardaron el rayo reciente”. En  dicha celebración se inaugurará un monolito presidido por el escudo de nuestro  Estado y el arrano que lo sobrevuela. El texto rezuma hermandad y utopías: “De los pueblos de México y Navarra a Xavier Mina. Independentzia, Osasuna eta Askatasuna”.

Dicho monolito presenta en su cabecera un orificio orientado hacia la Vía Láctea; supuestamente, el camino estelar que siguen recorriendo quienes pusieron sus vidas al servicio de la justicia.  Puede que en las noches limpias de Otano,  alguien observe -a través de tal telescopio imaginario- el parpadeo vivo de dos estrellas resplandecientes y cercanas. Las encontrará en la constelación de las  Revoluciones Libertarias.

 

Elkartasuna, itxaropena, mina, eta herrien arteko samurtasuna da!!

Jesús Valencia




Colocación de monolito en Otano, en memoria de Xavier Mina

Los pueblos que luchan por la libertad, siempre logran encontrarse y tejer lazos fraternos de solidaridad. Es por ello, que las y los compañeros del Comité de Otano realizaron la emotiva y digna tarea de colocar un “monolito” en Otano, lugar donde nació el guerrillero internacionalista Xavier Mina. Aquí les presentamos un vídeo que muestra el trabajo y esfuerzo por recobrar la memoria de quien no dudó en dar su vida por la liberación de los pueblos.

Desde la Casa de Todas y Todos les abrazamos fraternalmente y siempre recordando la proclama ¡Salud! y ¡Libertad!

 

 

Saludo desde la Casa de Todas y Todos:




¡100 años de la revolución rusa!

A toda la generación que hizo posible esa gran transformación de la historia humana, nuestro cariño y respeto. Luego del 7 de noviembre de 1917, es difícil negar que está en manos de los pueblos el proceso de su propia liberación; y que en el olvido de principios y objetivos, en el enturbiamiento del compañerismo, en las consesiones al burocratismo, entre otras tristes causas, está el principio de nuestra propia derrota.

Que viva ese digno ejemplo, pues imborrables son sus logros y sus errores en nuestra historia.

Que viva la Revolución rusa, y el horizonte de liberación mundial que hoy, hace cien años, le dió vida.




Presentación de Dignificar la Historia I y II en la Casa de la Cultura de Nuevo León




Xavier Mina contra la tiranía y por la libertad en el Museo de Historia Mexicana, Monterrey, NL.