Homenaje desde México: Xavier Mina en el Castillo de Chapultepec.

 

 




Posicionamiento de la Casa de Todas y Todos frente a las desapariciones forzadas en México

Al pueblo de México,

Ante la falta de justicia en México, el grito de rechazo al Estado sigue latente y la denuncia del pueblo, de, ¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!, retumbará hasta encontrarles. Hoy, al cumplirse 3 años de la desaparición forzada de 43 compañeros de la Normal de Ayotzinapa, queda más que claro la complicidad del gobierno y sus instituciones para promover, permitir y sostener una realidad violenta y de exterminio para el pueblo, por no esclarecer los hechos de desaparición forzada de los miles de desaparecidos, por no dar respuestas claras a las investigaciones de búsqueda y responsabilizarse de las consecuencias de sus guerras y las de sus aliados criminales, que han ejercido como forma de sembrar el terror y miedo para la población de México.

No debemos olvidar que en nuestro país existen 1,143 fosas clandestinas descubiertas; hasta julio de este año 3,230 cuerpos identificados y reconocidos oficialmente poco más de 32,000 desaparecidos, pero se calcula que esta cifra rebase los +100,000, cuya desaparición forzada está pendiente de aclarar. Tampoco podemos olvidar que la DESAPARICIÓN FORZADA es un delito de LESA HUMANIDAD, para los derechos de cualquier persona, en cualquier parte del mundo.

Antes y ahora, siempre han sido ellos, los gobiernos, sus instituciones, sus partidos políticos, los que fomentan y ejercen el poder para desaparecer personas, diluir movimiento sociales y de oposición política, lo hicieron durante la guerra sucia de los años 60 y 70 y lo hacen ahora, orquestando la guerra de baja intensidad. Sin embargo, si ellos ejercen una y mil formas de oprimir y disolver la organización del pueblo, nosotras y nosotros realizamos el doble de acciones, el camino está más que claro, la organización fuera del Estado.

Como Casa de Todas y Todos, señalamos al Estado como responsable de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Nos solidarizamos, diciendo; ¡sus desaparecidos son también los nuestros!

Abel García Hernández, Abelardo Vázquez Peniten, Adán Abrajan de la Cruz, Antonio Santana Maestro, Alexander Mora Venancio, Benjamín Ascencio Bautista, Bernardo Flores Alcaraz, Carlos Iván Ramírez Villarreal, Carlos Lorenzo Hernández Muñoz, César Manuel González Hernández, Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, Christian Tomas Colón Garnica, Cutberto Ortiz Ramos, Dorian González Parral, Emiliano Alen Gaspar de la Cruz, Everardo Rodríguez Bello, Felipe Arnulfo Rosas, Giovanni Galindes Guerrero, Israel Caballero Sánchez, Israel Jacinto Lugardo, Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa, Jhosivani Guerrero de la Cruz, Jonas Trujillo González, Jorge Álvarez Nava, Jorge Aníbal Cruz Mendoza, Jorge Antonio Tizapa Legideño, Jorge Luis González Parral, José Ángel Campos Cantor, José Ángel Navarrete González, José Eduardo Bartolo Tlatempa, José Luís Luna Torres, Julio César López Patolzin, Leonel Castro Abarca, Luis Ángel Abarca Carrillo, Luis Ángel Francisco Arzola, Magdaleno Rubén Lauro Villegas, Marcial Pablo Baranda, Marco Antonio Gómez Molina, Martín Getsemany Sánchez García, Mauricio Ortega Valerio, Miguel Ángel Hernández Martínez, Miguel Ángel Mendoza Zacarías, Saúl Bruno García.

¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!

Haciendo uso de la memoria histórica, como arma de resistencia, mencionamos el nombre de los compañeros desaparecidos políticos desde 1974, quienes forman parte de la lista de Ocosingo, compañera y compañeros de las Fuerzas de Liberación Nacional, organización revolucionaria fundada el 6 de agosto de 1969.

Compañera Murcia, Compañero Alfonso, Compañero Ricardo, Compañero Héctor, Compañero Tomas, Compañero Manuel, Compañero Fidelino.

¡SIEMPRE PRESENTES!

 

26 de Septiembre de 2017

Casa de Todas y Todos

Mezquital, Apodaca, Nuevo León, México

Marcha en Monterrey, por las y los desaparecidos de México. Foto: Víctor Hugo Valdivia.

Madres de FUNDENL. Marcha en Monterrey. Foto: Víctor Hugo Valdivia.

Marcha en Monterrey, por las y los desaparecidos de México. Foto: Víctor Hugo Valdivia.

Marcha en Monterrey, por las y los desaparecidos de México. Foto: Víctor Hugo Valdivia.

 




Actividad en la Casa de Todas y Todos en torno a los actos de desaparición forzada en México




Actividad en la Casa de Todas y Todos: ¡Sus desaparecidos son nuestros desaparecidos!

El sábado 23 de Septiembre en punto de las 10:00am, en La Casa de Todas y Todos, hicimos un llamado a la memoria; como principal arma de lucha, de quienes han forjado la liberación de México. El motivo fue nombrar y recordar la vida y resistencia de los 43 normalistas desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa, así también, recordar a la y los desaparecidos de nuestra organización, las Fuerzas de Liberación Nacional, quienes en cumplimiento de su deber, el gobierno los desapareció, siendo hasta nuestros días nombrados como lista de Ocosingo.

La jornada inició dando un mensaje de bienvenida a las vecinas y vecinos del barrio el Mezquital, donde les compartimos la importancia de nombrar a nuestros desaparecidos, ver sus rostros y conocer su vida mediante reseñas e ilustraciones de varios artistas gráficos. Posteriormente jugamos un memorama, con la temática de derechos humanos, reconociendo los derechos transgredidos para las y los desaparecidos, así también, identificar la importancia de reclamar la procuración de una vida digna y libre. La actividad que nos adentró en la exigencia de buscarles hasta encontrarles, fue hallar los rostros de los 43 normalistas desaparecidas y los desaparecidos de las FLN, escondidos en el patio de La Casa de Todas y Todos, obras realizadas por artistas gráficos del país, los cuales fueron encontrados por las y los asistentes a la casa, reafirmando lo vital de buscar y reclamar con vida a todas y todos nuestros desaparecidos del país. Para después, leer reseñas de nuestros desaparecidos, conociendo así, sus gustos, pensamientos, objetivos de vida, sueños, nombres y apodos, los cuales fueron intentados ser borrados y aniquilados por el Estado, instituciones y aliados criminales.

La tarde sirvió para conocerles, recordarles y nombrarles, identificando como fecundador de la violencia al Estado y sus gobiernos, recreadores de la guerra sucia de los 60 y responsables de la guerra de baja intensidad de ahora, donde miles de mujeres y hombres han sido desaparecidos, asesinados y vulnerados.

¡Siempre presentes, siempre en nuestra memoria y hasta encontrarles!

 

Casa de Todas y Todos

Mezquital, Apodaca, Nuevo León

 

 




La Casa de Todas y Todos se une a la convocatoria por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y miles más del país.




Xavier Mina guerrillero, liberal e insurgente.




Desde las pequeñas acciones podemos hacer correr los lazos de solidaridad




Video de la conferencia de prensa de la OMDHAC.




Siempre con el agredido, nunca con el agresor.

Son tiempos tristes para nosotras y nosotros. El esfuerzo principal de la Casa de todas y todos ha sido el de recuperar la memoria de nuestra organización madre, las Fuerzas de Liberación Nacional. Hemos hecho un esfuerzo por dignificar su historia, oculta por décadas, para que los pueblos en su proceso de lucha y resistencia contra el imperio del capital, conserven en sus saberes algunos de los elementos prácticos que permitieron la construcción de un ejército del pueblo que, en su momento, encabezó una ofensiva popular a favor de sus más elementales derechos y libertades.

Este esfuerzo se concretó en varias pláticas y presentaciones en diversos puntos de la geografía nacional e internacional; primordialmente, cristalizó en dos libros –falta un tercero, en proceso- que se han vendido, canjeado o regalado a muchas personas interesadas en leer los documentos originales, históricos, que sirvieron de  guía y soporte para la construcción de todo ese camino organizativo llamado Fuerzas de Liberación Nacional.

Esos libros llegaron a manos de jóvenes estudiantes, de mujeres y hombres trabajadores del campo y la ciudad; llegaron a manos también, indudablemente, de compañeras y compañeros antiguos, que corrieron los riesgos de la persecución, encierro, muerte, en pos de la liberación nacional. Manos de viejos compañeros que nunca fueron tocados por la luz del reflector; algunas de esas manos, fueron indígenas. Compañeros que en años anteriores, y que por circunstancias que no toca a nosotros explicar, habían pertenecido a ese ejército del pueblo. Compañeros que se negaron a entrar a otra organización, y poco a poco  olvidar las lecciones aprendidas por medio del callado esfuerzo.

La tristeza que nos aflige, que nos convoca a estas palabras, tiene un nombre: Amalia. Ella es una mujer indígena, de 38 años, madre de nueve hijos, joven abuela de dos criaturas. Su esposo, su familia entera, como tantas otras, participaron en la silenciosa conspiración insurrecta que condujo al primero de enero de 1994. Amalia presentó problemas de salud a inicios del 2016; la salud le fue  negada en los servicios autónomos, por motivaciones políticas. Fue necesario trasladarla a la ciudad de Monterrey para que fuera atendida. Ahí, ella y su esposo entraron en mayor contacto con esta Casa de todas y todos.

Al regreso a su pueblo, comenzaron las acusaciones en contra de ambos compañeros: de ser progobierno, de leer los Cuadernos de Trabajo “Dignificar la Historia” y en el ejercicio de las más elementales libertades democráticas, plantear cuestionamientos. Sin más justificación que la fuerza, a mediados de julio fueron expulsados de su comunidad, por parte de las autoridades autónomas, en obediencia a los dictados de “la comandancia”. Desde entonces, viven desplazados en otra ciudad, lejos de su tierra, de sus familias, de sus pertenencias, de su espacio de trabajo y vida.

Sabemos que estas palabras son duras de entender para muchos de quienes esto leen. Son duras de entender para nosotros mismos. Amalia y su compañero, sus hijas e hijos, no cometieron ningún delito, no trasgredieron ninguna ley. Simplemente leyeron y hablaron de la historia de esas tierras. De los caminos organizativos que llevaron a que un día se iniciara la constitución de un ejército del pueblo, en sus propias comunidades. No se trata de personas que, lejos de toda ética y toda conciencia sobre el bien de sus pueblos, vinculados a partidos políticos de cualquier color, se dedica a ofender, agredir o masacrar a los organizados. No. No se trata de quienes han disparado su arma o blandido el machete contra quien se organiza. No. Se trata de una pareja, y su familia, que decidieron estudiar la historia, hablar de ella, y cuestionar lo más elemental de la vida política del lugar donde les tocó vivir.

Es por ello que suscribimos la denuncia que el Observatorio Mexicano de  Derechos Humanos A.C. ha presentado públicamente. Es por ello que nos vemos forzados a convocar la solidaridad de quienes puedan apoyar a Amalia en esta lamentable situación.

A mediados de los años ochenta, desde el seno de las Fuerzas de Liberación Nacional, nació una Organización intermedia, llamada Asociación de Mujeres Mexicanas. Desde su actuar político, decenas de mujeres de todo el país compartieron experiencias de resistencia, lucha y organización; mujeres estudiantes acompañaron a mujeres indígenas campesinas; amas de casa conocieron la realidad de mujeres obreras. Se hicieron encuentros, talleres, publicaciones. Por motivos que en otro momento se conocerán, esa y otras organizaciones intermedias surgidas de las FLN dejaron de lado sus tareas políticas y se dedicaron a otras necesidades, más apremiantes, luego del levantamiento armado de 1994.

Hoy, ante la necesidad de acompañar a Amalia y su familia en este litigio por volver a su pueblo, contra el cual nunca ha hecho nada, buscaremos nuevamente la creación de un espacio organizativo de mujeres, para enfrentar esta y otras tantas, miles, millones de injusticias que la mujer mexicana sufre día a día. Nuestra tristeza sólo devendrá en esfuerzos redoblados que garanticen que mañana, algún mañana posible y cierto, la injusticia deje de ser.

Hacemos este llamado desde la misma casa que vio salir a la compañera Murcia hacia la selva lacandona en 1971, dispuesta a organizar a las comunidades indígenas y no indígenas en la lucha por su dignidad.

Recordamos este mes de septiembre al compañero Mario, la compañera María Luisa, que nacieron en este mes y en el que la compañera Lucha falleció, y que todos los mexicanos llamamos el mes de la Patria.

 

Año del bicentenario de Xavier Mina, Septiembre de 2017